Sirva este artículo en honor al grupo de facebook “CAPILEIRA. LA ALPUJARRA” del que formo parte debido a mi condición de asiduo visitante, así como a los propietarios del prestigioso restaurante “Ruta de las Nieves”, María del Mar y Antonio.
Desde el balcón de La Alpujarra granadina: Capileira, respirando y sintiendo la paz y tranquilidad de la montaña, oigo, sin cesar, el tintineo de los cencerros de las ovejas pastando a relativa distancia de la casa donde me hallo. Me asomo a verlas y ahí están, formando manada. Un pastor y su perro las conducen hacia el abrevadero. Alrededor de la imagen descrita, – véase la foto- viñedos y almendros son las plantaciones de este paisaje campestre. Entonces, al contemplar esta preciosa escena animada, no sé por qué, como si de una película se tratara, me viene a la memoria el muy profundo y grato recuerdo que tengo de mi padre, cuando, cursando estudios de Bachiller, con magistral estilo, me deleitaba ilustrándome en ese subgénero de la lírica denominado poesía bucólica o pastoril, proveniente ésta de las canciones populares cantadas por campesinos en sus tareas campestres para aliviar el arduo y duro trabajo diario, que comenzaba con la aurora y finalizaba con la puesta de sol. Esto que me comentaba mi padre al repasarme el tema de Literatura para ser expuesto ante la profesora que impartía esta disciplina, también era objeto de estudio, ahora que recuerdo, en otro subgénero de la lírica: la poesía idílica o la égloga.