EL TRADICIONAL «DÍA DE LA VIEJA»

Artículo de Domingo Ortiz Soler, director del Museo Histórico de Vera, sobre el Tradicional Día de la Vieja en Vera, publicado en el periódico quincenal Almanzora (primera quincena de abril del año 2000).

Dentro del folklore popular, y en relación también a bailes campestres, en esta zona del Levante han quedado como testigos de unas señas de identidad una serie de manifestaciones colectivas de relaciones sociales, caso, por ejemplo, de la comida de campo en colectividad de grupos aislados de origen familiar y de amistades más allegadas, o grupos de jóvenes y peñas, que recuerdan mucho en su forma a las representadas en las idealizadas obras pictóricas de Goya, y cuyo origen no es fácil adivinar, ya que se pierden en pasado remoto, pero que actualmente perviven en forma de fiesta.

Nos referimos al «Día de la Vieja», de gran arraigo popular en la comarca del Levante, fiesta que se celebra el jueves que coincide con la mitad de la Cuaresma y que consiste en salir a comer al campo con la familia y los amigos , y al atardecer «partir la vieja». Para la comida se preparan productos de la gastronomía tradicional: tortilla de patatas, habas y bacalao seco salado, y, especialmente, un bollo de pan ovalado con un huevo cocido en el centro, denominado popularmente como «hornazo», y que las panaderías de la ciudad producen para este día. No puede faltar en los ingredientes de la merienda. Esta representación o escenificación corresponde a una muñeca realizada con papeles de colores en seda o de Manila, con la cabeza de trapo rellena de golosinas, y de petardos en ocasiones, o un premio especial, soportada por una estructura de caña en cruz -como sostén del artilugio- y un relleno de papel de «estraza», de envolver o de periódico, representándose con los brazos abiertos. Es el equivalente a la celebración del Jueves Lardero en otros municipios almerienses, que se celebra el jueves inmediato a las carnestolendas, anterior al miércoles de ceniza, donde se dedicaba el día a consumir alimentos con grasa, especialmente tocino de cerdo, antes de entrar en la Cuaresma. Los niños no van a la escuela, y  por pandillas, grupos o familas se marchan al campo para comer y pasar el día. Los lugares habituales son las vegas o el campo en general. Esta tradición de la comarca que popularmente se le llama «Partir la Vieja», tiene también similitud con la celebración de «La Cuca» en Cataluña, o «El día de la Mona», en Murcia.

En el Levante este tipo de celebración se realiza después del Carnaval, entre el Miércoles de Ceniza y Semana Santa, exactamente 21 días después del Miércoles de Ceniza.

Esta fiesta costumbrista y popular del Jueves de Cuaresma, podría tener el origen en un rito agrario unido a la fecundidad y fertilidad de la tierra, para celebrar que la vida vuelve a renacer, claramente influenciada por los ritos o fiestas paganas de procedencia romana, y que completa el ciclo después del Carnaval. Es un rito recordado y repetido anualmente durante generaciones y coincidiendo siempre en jueves, haciéndose festivo dicho día o medio día a partir de las 12 de la mañana, aunque actualmente se ha detectado un proceso de cambio o adaptación a la «movida juvenil»; el grupo sale el día anterior por la tarde, e incluso el mismo jueves por la mañana, a primera hora temprana, para iniciar la fiesta, cuando lo tradicional es salir en grupos al mediodía desplazándose a los distintos lugares para iniciar la acampada hasta el día siguiente.

Durante todo el Día de la Vieja, la gente del pueblo se reúne en el campo hasta el atardecer -y, curiosamente, los lugares elegidos son de interés ecológico y de cierto pintoresquismo-, pasando un día de campo comiendo, jugando, haciendo conscursos, bailes, volando las tradicionales cometas, celebrando el «hecho desconocido». Al finalizar, jóvenes y niños se reúnen alrededor de la «la Vieja», tirándole piedras o «apaleándola» hasta que se consigue romper y surgen de su interior todo un contenido de golosinas. El simbolismo es parecido al del Cuerno de la Abundancia de la mitología pagana o al del «Tió de Navidad» en Cataluña, entre otros. Es considerado vencedor el que consigue el premio mayor o especial.

En otros terrenos, la construcción de «las Viejas», al no haber papel de Manila, se hacía con papel de los sacos de harina.

Antaño, las personas del pueblo acudían a lugar de la fiesta o «merienda» ataviadas y en caravana con burros y carros, como si se tratase de una peregrinación o romería, cantando la canción:

«La vieja remonona (sic) qué triste que está, pensando en la paliza que le vamos a dar, por vieja remonona perdiste la salud, se parte la cuaresma, y también te partes tú».

Actualmente gran parte de toda esta cultura se ha perdido gracias al progreso. Hoy son los coches el medio de locomoción más usual. Sería interesante para la tradición volver a recuperar las viejas costumbres.

Domingo Ortiz Soler

Director del Museo Histórico de Vera

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