Se recupera el artículo publicado en la prensa provincial almeriense de febrero de 2012 (con el añadido de nuevas noticias) sobre el descubrimiento desde el Archivo Municipal de Vera de los primeros datos genealógicos y biográficos del cantaor, tocaor y trovero veratense Pedro El Morato, Pedro María Alonso Morata.
Que a nadie le debo favores.
¡Tan sólo a la madre mía!
ÍNDICE:
- DESCUBRIMIENTO
2. GENEALOGÍA
3. LO SABIDO DEL MORATO
4. APUNTES SOBRE LA INVESTIGACIÓN
5. PRUEBAS QUE CORROBORAN EL DESCUBRIMIENTO. LETRAS
6. RESUMEN
- SE DESCUBRE EN EL ARCHIVO MUNICIPAL DE VERA QUE PEDRO EL MORATO FUE NATURAL DE ESE MUNICIPIO Y NACIÓ EN 1841.
Era una incógnita hasta hoy tanto la fecha de nacimiento del llamado por todos Pedro Segura, “El Morato”, como su genealogía. Investigadores de peso habían intentado dar con algún dato relevante en Archivos Parroquiales, sin obtener resultados significativos. Era sabido por las letras de sus trovos que fue natural de Vera, desconociéndose sus circunstancias familiares. Tanto es así que, ante la falta de datos, el municipio de Antas ha reivindicado su nacimiento debido a que algunos de los descendientes ‘Segura’ siguen residiendo allí. Mas, una letra que se le atribuye reza:
Me llaman Pedro «El Morato»
y soy natural de Vera,
con mi guitarra en la mano,
Señores, que venga tela.
¡Venga tela de verano!
Ha sido el responsable del Archivo Municipal de Vera, Manuel Caparrós Perales, quien, compaginándolo con su labor diaria, asegura haber rastreado ese dato que se resistía y encontrado la pista de este curioso e influyente cantaor del Levante Almeriense, teniendo siempre el convencimiento de que una personalidad tan desbordante debía de haberse gestado en un entorno nada convencional.
Manuel Caparrós Perales dedica esta contribución a la memoria de don Antonio Soler Soler, maestro nacional y encargado del Archivo Parroquial de Vera, fallecido en 2011.
2. GENEALOGÍA DE PEDRO MARÍA ALONSO MORATA. PEDRO EL MORATO.
El matrimonio del que parten las dos ramas clave de esta familia (tomando como referencia los familiares vivos de Pedro), la de los Segura y la de los Morata o Alonso Morata, es el formado por los veratenses Diego Morata y Gerónima Albarracín, nacidos en 1717 y 1727, y casados en el año 1753. Su hija Beatriz María Morata, casada en 1780 con Diego Segura, iniciaría la rama familiar de los Segura que hoy se consideran en Vera y en Antas descendientes de Pedro el Morato; su otra hija, María, casada con Antonio Alonso Carmona, es de la que parte la línea que dará su apellido al trovero. Todos eran naturales de Vera.
Sobre el origen de estos apellidos en Vera, puede que sea mucho aventurar (aunque puede tener interés indicarlo), que los orígenes de esta familia se remonten al primer Segura que puso sus pies en Vera como «herrero peón», Alonso de Segura, en los orígenes cristianos de la Vera Vieja, tal como muestra el Libro de Repartimiento de Vera (1494). En 1639 ya se contabilizan 9 varones con ese apellido; 20 en 1726 y 155 en 1751 (entre hombres y mujeres)…
‘Alonso’ también es un apellido corriente en Vera, desde los primeros colonos (1494) Juan, Julián o Pedro, caballeros y peones.
Por último, hubo un Alonso de Morata en 1494 (Repartimiento…), soldado colono ‘de a caballo’ y un primer Diego Morata a mediados del siglo XVI. Como curiosidad diremos que en la actualidad se localiza en el Municipio (Polígono 1) el Cortijo Morata o Pago Morata.
3. LO QUE SE HA CONTADO DE EL MORATO
La vida de Pedro El Morato ha sido investigada por numerosos historiadores: Andrés Sánchez Picón, Norberto Torres Cortés, Juan Grima Cervantes o Luis Díaz Martínez. Se sabe por sus canciones que era natural de Vera, que fue soltero y que desde muy joven marchó a trabajar como verdulero a otros lugares, como Utrilla (Teruel), La Unión (en la que dejó una huella imborrable hasta hoy), Linares, Sierra Almagrera… e incluso se dice que a América, jugando a versificar a placer, sobre su burra, todo lo que se encontraba en su camino. Parece que le unía un fuerte vínculo con el municipio de Antas, aun siendo sus antepasados de Vera. Una oportuna fotografía descubierta hace algunos años en Garrucha y propiedad de la familia Fuentes Figuera nos permite apreciar su aspecto hacia el año 1890 (Revista Axarquía nº 11).
Una canción popular nos informa sobre el final trágico de El Morato, apuñalado por dos arrieros en el transcurso de una acalorada discusión en un lugar todavía desconocido.
El cantaor y guitarrista tiene hoy descendientes en Vera y en Antas, rama familiar ésta última que se inicia con el casamiento de José Segura Clemente (hortelano y natural de Vera) con Micaela Aznar Casquet (natural de Antas) en 1865 y su traslado al municipio vecino, en el que posiblemente ya estaban instalados los padres y los hermanos de Pedro, como luego veremos.
La importancia de su quehacer radica en que Pedro pertenecía al mundo trovero ya desaparecido del Levante Almeriense, de las poblaciones mineras y rurales del siglo XIX y puente entre los fandangos alpujarreños trovados y los cantes mineros que nacerán en La Unión (Murcia); “El paso de lo folclórico a lo flamenco de los cantes almerienses” (Torres Cortés – Grima Cervantes).
4. APUNTES EN LOS QUE SE DESCRIBE CÓMO SE INVESTIGÓ LA GENEALOGÍA DE PEDRO EL MORATO EN EL ARCHIVO MUNICIPAL DE VERA. INSTRUMENTOS DE DESCRIPCIÓN Y FUENTES.
Desde el año 2003 en el Archivo Municipal de Vera se inició un proyecto todavía hoy en desarrollo: la automatización de gran parte de los padrones de habitantes, vecindarios, censos y libros de registro civil de Vera, conservados en éste Archivo o en otros desde el año 1494. El fin es conseguir una base de datos pormenorizada en la que, mediante la introducción de todos los datos de dichos documentos, se facilite la labor a cualquier persona que quiera buscar a un antepasado que haya nacido, contraído matrimonio, fallecido o residido en Vera (y, hasta la fecha de su independencia, en Pulpí, en Garrucha…). El objetivo, dada la gran demanda de los estudiosos de la genealogía, es optimizar la búsqueda de los usuarios del Archivo Municipal, que en algunas ocasiones debían utilizar las instalaciones del Archivo durante una semana para localizar a todos los miembros de su familia del siglo XIX. Ahora ya es posible obtener estos resultados en unos minutos mediante una petición por correo electrónico. En un futuro no muy lejano será posible realizarlo directamente desde la nueva y completa página web.
Por el momento han sido introducidos 72.383 registros de padrones de habitantes, 15.299 de libros de registro civil y 12.539 de otras fuentes. Esta intensa y monótona labor ya da sus frutos: permite que a cualquier usuario que quiera investigar sus antepasados se le facilite un listado con todas las personas que han llevado dicho apellido, lo que simplifica enormemente realizar el árbol genealógico que se desee completar. Día a día se sigue trabajando introduciendo nuevos asientos, entre otras labores.
La base de datos fruto de este trabajo ha permitido encontrar sin necesidad de manipular las fuentes (libros que requieren ser conservados de la mejor forma posible), y de manera muy ágil, tanto el nacimiento de Pedro El Morato como la vivienda de su familia, los miembros que la componían, el nombre de sus antepasados, etc.
VICISITUDES DE LA INVESTIGACIÓN. ALONSO, MORATA, SEGURA Y CLEMENTE. NIÑOS EXPÓSITOS.
Al investigador no le extraña que la vida de Pedro haya sido un misterio hasta el momento; la trama familiar es verdaderamente compleja, habiendo tenido que reformular los planteamientos básicos de la misma en varias ocasiones.
El investigador creyó haber hallado hace unos meses la fecha de su nacimiento: el único Pedro Segura que nació entre 1800 y 1843 fue Pedro José Segura Soler (07-05-1820); (a partir de 1843 se bautizaron otros ‘Pedros Segura’, pero ha considerado que ya son de fecha muy tardía y sin relación con su familia: Pedro Segura Ayora (1843), Pedro Segura de Haro (1844 y 1846), Pedro Segura Segura (1844), Pedro Segura García (1845) y Pedro José Segura Ventura (1846)). Se realizó el árbol genealógico de Pedro José Segura Soler (1820) hasta su tatarabuelo y se intentó relacionar a esa familia con los Segura que hoy viven en Vera. No la había. Era necesario seguir investigando.
El segundo intento se basó en la construcción de la familia desde los propios descendientes de Vera (desde Diego Segura Martínez, nacido en 1927). Convenía avanzar sobre seguro y no creer a pies juntillas en las bases de datos ni en los padrones de habitantes automatizados, aunque hayan sido de gran ayuda. Acaso tampoco en lo que se decía en su biografía. Desde ese punto se adentró en la línea ascendente y casi siempre paterna de los Segura Martínez, Segura Núñez, Segura Clemente, Segura Morata, Segura Soler, etc. Pero El Morato parecía esconderse o ser invisible al no aparecer como hermano de los Segura Martínez (los 7 hermanos tuvieron 33 nietos), nacidos en esas mismas fechas. La viudedad de varias personas, casadas de nuevo y algunos fallos en los libros de bautizos del Archivo Parroquial de Vera dificultaron la búsqueda. Las tías de los Segura Martínez (Francisca de Paula Segura Morata (1790) y Gerónima Segura Morata (16-06-1784) no tuvieron hijos en Vera, por lo que no pudieron ser madres de Pedro Segura alguno; hubo cuatro ‘Pedros’ con el segundo apellido ‘Segura’ nacidos entre 1800 y 1830, pero ninguno pertenece a esa familia.
En ese punto se le ocurrió que Pedro El Morato podría no haber tenido el apellido Segura, sino Morata, argumento que tomó forma nada más tener constancia del apellido de una hermana de su tatarabuela: Beatriz Morata, casada con Diego Segura (quedó viuda antes de 1797). “Podría haber llevado ese mote por el apellido de su madre”, se dijo, como suele ser costumbre aún hoy en día. Así, se vio en la necesidad de rastrear la vida de todos sus antepasados, hijos y sobrinos.
‘Diego Segura’ y ‘Diego Morata’, para más complejidad, eran nombres muy repetidos durante esos años, lo que obligó prácticamente a hacer un pequeño árbol genealógico de cada persona que le llamaba la atención e ir descartando ramas. Uno de esos árboles paralelos (de unos ‘Morata’) le dio la clave para relacionarlo con la rama de los Segura que viven actualmente en Vera y en Antas, no sin antes desarrollar un aspecto imprescindible de esta investigación (basada en la intuición, dado que no se daba con el Pedro en cuestión): la búsqueda de los niños expósitos nacidos en Vera y llamados Pedro desde 1800 hasta 1850.
En uno de los asientos de los libros de Registro Civil del Archivo Municipal de Vera se lee que, en 1841 (nº registro 330), quedó en poder de Ana [María] Morata y Antonio [María] Alonso Albarracín un niño expósito de padres desconocidos llamado Pedro María. Literalmente en el registro: Nacimiento de un niño llamado Pedro María, el día treinta y uno de octubre de mil ochocientos cuarenta y uno, a la hora de las once de la noche, en la calle Almería. Es hijo fuera de matrimonio. Padres: incógnitos. Se bautiza en la Parroquia de la Encarnación. En el libro de bautizos se añaden nuevos datos: fue bautizado el día uno de noviembre de 1841 y fue expuesto el día anterior a las once de la noche en la puerta de la casa de Antonio [María] Alonso Albarracín. Su madrina fue Josefa Cervantes, ama mayor de expósitos, mujer de Diego Martínez, y se dio a lactar a Ana [María] Morata, mujer del referido Antonio, de ejercicio jornalero.
Su supuesto abandono seguro daría mucho juego en la supuesta elaboración de una recreación histórica sobre su vida; ese desapego familiar que resulta tan extraño en El Morato y que lo llevó a lugares lejanos… También el lugar en el que fue abandonado tiene que ver con la música y el flamenco: la calle Almería de Vera, tradicionalmente ha sido habitada por una mayoría de población gitana, comunidad que solía practicar todo tipo de ritmos y cantos tradicionales. ¿Aprendió allí El Morato sus primeros compases?
El siguiente paso y más necesario para llegar a la plena certeza era demostrar la relación entre esos Alonso Morata y nuestros Segura y Morata. Y se demostró: la bisabuela de este niño era hija de Diego Morata y Gerónima Albarracín. Pedro María Alonso Morata era primo de los hijos de José Segura Morata (07-01-1786) y Francisca Martínez Martínez (casados en 1809), ascendientes de los actuales familiares de los dos Municipios. Se advierte frente a ulteriores investigaciones que un sobrino de Ana María Morata López, Diego Morata (casado con Ana María Berruezo y de oficio salitrero) fue padre de un tal Pedro María del Rosario (nacido en 07-10-1838, casado en 25-12-1863), demasiado alejado del árbol de nuestros ‘Segura’. El archivero cree que otra vía sin solución es Pedro José Morata Cazorla (08-03-1825), hijo de Francisco (pastor) y de Francisca.
En Vera los niños expósitos eran expuestos casi siempre en el torno del convento de san Agustín, situado en la calle del Hospital, registrándose en libros desde 1737. Ocasionalmente lo eran en las puertas de las casas de los vecinos más pudientes o de más confianza, lo cual sólo nos lleva a dos interpretaciones: el padre vivía en esta casa o la madre había considerado esa casa como la más adecuada para criar a su hijo.
Los niños expósitos llegaban a serlo por la razón fundamental de los ‘códigos de prestigio’ o por la extrema pobreza de sus progenitores. En estos siglos era frecuente que al bautizar a los niños expósitos se les impusiera un nombre obtenido del santoral, ya fuera del mismo día de su recogida o del mes en cuestión, además de no faltar las alusiones a la Trinidad, la Cruz o la Virgen. También podían llevar el nombre y el apellido de los testigos, del padrino o de la madrina. En Vera se dieron casos en los que los niños iban acompañados de una nota en la que se rogaba llevase tal o cual nombre. En nuestro caso parece que no fue así.
En el caso de ‘El Morato’, casi no se localizan en su familia adoptiva hombres que llevaran este nombre de pila si no fueran demasiado remotos, de finales del siglo XVII (Pedro Morata y María León, quizá demasiado alejados como para tener recuerdo de ellos). En cambio, sí hallamos el de Diego, Antonio o Nicolás. San Pedro Armengol se incluyó en el santoral el día 2 de noviembre, el siguiente día de su bautizo. No sabemos si esto tendrá alguna relación con la elección de ese nombre.
Descubierto el supuesto nacimiento de Pedro El Morato las pesquisas iban dirigidas a trabajar el aspecto más sencillo pero casi inacabable (tras el esfuerzo de haber automatizado durante muchos años) con la ayuda de los padrones de habitantes de Vera, muchos de ellos ya digitalizados y automatizados: localizar en qué calle vivía la familia, si tuvieron más hijos, si tenían a otro familiar a su cuidado, etc. Ha sido posible localizar otros dos hermanos de Pedro María, Nicolás Francisco Antonio Alonso Morata (1825, en el libro de bautizos de ese año) y José Antonio Narciso Alonso Morata (1844, en el libro de registro civil de nacidos de ese año), los dos bautizados en la parroquia de La Encarnación de Vera. Su padre nació en 1808 y tenía un hermano llamado Josef Manuel (1809) y su madre en 1807, habiendo tenido cinco hermanos (de entre sus hijos no consta ningún Pedro). Se casaron en Vera el día 16 de agosto de 1824. Sus abuelos paternos eran Nicolás Alonso Francisco Alonso Morata y su mujer Antonia Albarracín; los maternos eran Antonio Morata Bolea (de oficio salitrero) y Josefa López, casados en 30-05-1796).
A falta de más información, sabemos que sus abuelos maternos (Antonio y Josefa) vivían en la misma casa de su padre, viudo (Salvador López, militar inválido), en la calle de Pedro Ortiz (hoy Calle Torcedores). Antonio murió de fiebre amarilla en 1811, a los 35 años, durante la lucha contra las tropas napoleónicas. Su abuela paterna (viuda en 1842) vivía en el barrio de Garrido (hoy calle Ancha y alrededores). Los únicos familiares con apellido Alonso a los que se les puede seguir la pista son su tío abuelo Francisco de Paula Alonso Carmona (1800), su tío Josef Manuel Alonso Albarracín (nacido en 1809 y casado con Juana Matea Gilabert Carmona) y a su hija Isabel María, nacida en 1845.
Aun teniendo esa información, a Manuel Caparrós todavía le esperaba un nuevo obstáculo: no hay rastro de esa familia nuclear en los padrones custodiados en el Archivo Municipal para la ciudad de Vera, y es extraño porque a Pedro María lo expusieron en la puerta de una casa de ese Municipio (según el registro, en la calle Almería). Esto nos hace pensar que la familia al completo se pudo haber trasladado a Antas o a otro lugar después de 1844, contando con Vera sólo para la celebración de los bautizos de sus hijos y otras reuniones familiares. Los matrimonios (si los hubo) de los dos (tres) hermanos no constan en los correspondientes libros de la Parroquia de Vera. Sí es seguro que no murió en los años siguientes, algo muy normal en los niños expósitos en aquel tiempo. Una visita obligada al Archivo Parroquial de Antas hizo descartar que sus hijos se casasen, tuviesen hijos o muriesen allí. Tampoco sus padres. No se encontraron más datos. El investigador agradece a los curas párrocos de Vera y Antas su colaboración –don Antonio de Mata Cañizares y don Bernardo Ávila Ortega-.
[Nota de 09-12-2016: investigaciones recientes de Yol de Yeste, escritora de orígenes bastetanos, han confirmado que la familia nuclear de Pedro El Morato no se trasladó a Antas después de su marcha de Vera, sino a Almería capital, hallándose allí hoy sus descendientes]
[Nota de 08-11-2017: catalogando las Patentes de Sanidad de los barcos de Vera de los años 1830-1843 descubrí la noticia de que en el día 24-04-1833 la familia Alonso formó parte del pasaje del barco ‘falucho’ llamado san José, cuyo patrón era Vicente Zaragoza, que se dirigía hacia Águilas desde la costa de Vera, puerto de la Garrucha]
5. PRUEBAS QUE APOYAN LA VERACIDAD DEL DESCUBRIMIENTO. RESUMEN.
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La confección de los árboles genealógicos de varias familias demuestra que nuestro Pedro María pertenecía a la familia ‘Segura’ que aún reside tanto en Vera como en Antas y que siempre han afirmado ser parientes.
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Su madre llevaba el apellido Morata, el cual supuestamente dio origen al mote que acompaña a su nombre; es costumbre extendida en el Levante Almeriense y en otros lugares.
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Cuando se dató de manera aproximada la fotografía descubierta en Garrucha por Juan Grima Cervantes en la que aparece nuestro personaje, más o menos de 60 años, a lomos de una burra, se adelantó que habría nacido en la década de 1830 y que la imagen se tomó hacia 1890. La fecha de nacimiento de nuestro Pedro es 1841.
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En las entrevistas realizadas a los familiares siempre hablan de “su pariente” Pedro el Morato, sin especificar su parentesco, y nunca se ha afirmado ni demostrado que su apellido fuese Segura; un rastreo pormenorizado de todos los miembros desde el año aproximado de 1800 así lo demuestra.
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El resto de nacimientos en Vera de ‘Pedros Segura’ y ‘Pedros Morata’ (incluso de ‘Pedros Albarracín’, ‘Pedros Clemente’…), encontrados en nuestras bases de datos en esas fechas se han ido descartando uno por uno de manera metódica.
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Pedro Alonso no tuvo hijos ni se casó en Vera, consultadas las fuentes. Las breves noticias biográficas que circulan sobre él afirman que fue soltero.
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Por el contrario, el investigador es consciente de que el hecho de que fuese adoptado choca con el supuesto parecido físico ya comentado entre la fotografía descubierta de El Morato y algunos descendientes vecinos de estos pueblos. Puede que fuese excesivo suponer que ese niño, depositado en la puerta de Ana María Morata, era fruto de su propia familia extensa, oculta su identidad para evitar escándalos vecinales. Presumiblemente, trasladada su familia a otro lugar, las sospechas y maledicencias se disiparían. Escarmentado de las hipocresías sociales, Pedro María habría optado por no casarse.
6. SUPUESTAS CONSECUENCIAS EN SU BIOGRAFÍA
Siendo conscientes de que esta hipótesis sobre su nacimiento debería repercutir en futuras biografías sobre nuestro personaje (si es que ningún otro investigador se anima a proseguir y desviar con otros argumentos la vía abierta, teniendo a su disposición para ello las instalaciones con que cuenta el Archivo Municipal de Vera y todos sus instrumentos de descripción), el archivero municipal no se resiste (porque es tentador) a añadir que, de ser ciertos estos avatares sobre su vida, quedaría una interpretación (psicologista) bastante completa sobre por qué Pedro El Morato se comportó y vivió de esa manera errante y desapegada durante toda su existencia. Al no poseer bienes ni esperanzas de adquirirlos, nada más que con los supuestos nulos medios con los que partió y no tener nada que perder, marchó a ganarse la vida, cantando para dulcificar sus quebrantos. Y de esta manera hasta donde se quiera llegar…
Cobraría todo su sentido, de este modo, la letra popular que recorrió el levante murciano y almeriense cuando fue asesinado en un camino desconocido. Infortunado, sí, pero quizá agradeció su suerte al contar con las dos mujeres de su vida, habiéndole querido desinteresadamente: Ana María Morata, su madre, y Gabriela, su amante.
Llévame por cariá,
carretero, carretero.
Llévame por cariá,
a las Minas del Romero.
Que acaban de asesinar
al hermanico que más quiero
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soy el mejor de los troveros
me llaman Pedro el Morato
bien lo sabe el mundo entero
que de trovos tengo un rato
y tambien de verdulero
Ya murió el Morato,
que mala fue su fortuna.
Lo asesinaron dos hombres.
Mientras que haya sol y luna,
tiene que durar su nombre.
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Soy del reino de Almería
en donde se crían las flores.
Me llevo la «sempatía»
que a nadie le debo favores,
¡Tan sólo a la madre mía!
Porque vengo de Almería
donde nacen los «tempranos»,
y al amanecer del día,
me encuentro a Pedro el Morato
vendiendo verdulería.
Quisiera pedrite un rato
sin que me lo agradecieras.
He roto un par de zapatos
corriendo Cuevas y Vera
en busca de Pedro El Morato.
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Si la sangre de mis venas
te hiciera falta en un vaso
tú puedes contar con ellas.
que «to» el que por mí anda un paso,
ando yo por él docenas.
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Camino de Cartagena,
me puse a echar un cigarro.
Me acordé de mi morena;
y se me cayó de la mano.
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Yo bajé a la olivera
con este cuerpo divino.
Me dieron sal de higuera
y marché a mi destino
a dormir con mi Gabriela
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El Rojo el Alpargatero
canta como un ruiseñor.
No trabaja de minero,
pues del cante es lo mejor.
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Se quemó el café Habanero,
no lo pueden levantar,
levantadlo caballeros
sólo por oír cantar
al Rojo Alpargatero.
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Me llaman el barrenero
porque tiro de la barrena;
y soy el mejor minero
que sale de Cartagena.
Trabajando en una mina
de la sierra de Guayano,
han descubierto un filón
que tiene el metal gitano;
y lo he descubierto yo.
(A la novia):
Eres guapa y Dios te guarde,
en tu puerta da la luna.
Acabas de desengañarme,
mira que va a dar la una,
y me precisa el retirarme.
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En la villa de la Unión
no cantan los forasteros
mientras que vivan Chilares
y el Rojo Alpargatero.
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En la calle de Canales
canta Paco el Herrero,
en compañía de Chilares,
del Rojo el Alpargatero
y Enrique el de los Vidales.
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Anda diciendo Escacena
que yo tengo su sombrero
y al presidio me condena.
Pero sabe el pueblo entero
que él no estuvo en Cartagena.
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De Cartagena a Herrerías
han puesto iluminación.
Tiene pena de la vida,
aquel que apague un farol
y no lo encienda enseguida.
7. RESUMEN
Pedro El Morato, Pedro María Alonso Morata, recién nacido, fue expuesto en la puerta de una casa de la calle Almería, municipio de Vera (Almería) el día 31-10-1841. Esa calle ha pertenecido tradicionalmente a una zona con población gitana, lo que habría podido influir en el aprendizaje artístico de Pedro. Los vecinos de esa vivienda eran Antonio Alonso Albarracín y Ana María Morata López, y ya eran padres de varios muchachos.
Los niños expósitos de Vera y sus pedanías solían ser expuestos en el torno de la Casa Cuna de Vera, pero no ocurrió así en este caso, probablemente porque la madre natural del niño quiso indicar que el padre de su hijo vivía en esa casa, descartado el bienestar o riqueza de la familia de acogida. Eran varios los hombres adultos de esa vivienda que podían engendrar: el cabeza de familia, Antonio, o uno de sus hijos, Nicolás (de 16 años). ¿Fue gitana su madre natural o biológica?¿Por qué se desprendieron del niño?¿Por un posible e indeseado mestizaje? Añado que los apellidos Alonso, Albarracín, Morata y López en Vera no suelen pertenecer a la comunidad gitana.
El niño se dio a lactar a Ana María Morata López y se bautizó con el nombre de Pedro Alonso. Ese niño sobrevivió a las enfermedades de la época; no aparecen decesos con su nombre y edad.
Algunos años después la familia se marcha de Vera, a pesar de la pujanza económica que se estaba viviendo en la Comarca (minería), rehaciendo su vida en Almería capital. El padre de familia se dedicó a la pesca. Hoy viven allí sus descendientes. Esa información queda recogida en los Padrones de Habitantes de Almería. Mas, ¿por qué abandonaron su hogar en Vera, en el que habían vivido desde hacía siglos?¿Porque la madre biológica y su familia reclamaron, años después, la maternidad sobre Pedro?
La tradión oral dice que Pedro siguió teniendo contacto con algunas personas de Vera y de Antas (primos y tíos) y sobre todo con los vecinos de Cartagena y su rica actividad flamenca, llegando a ser uno de los iniciadores de aquel movimiento musical del Levante Murciano y Almeriense. Allí se le atribuye haber sido amante de Gabriela, otra cantaora que rondaba por la Cartagena suburbial de principios de siglo (XX).
´También la tradición oral dice que murió asesinado en un camino por mano de varios arrieros en 1915, aproximadamente.
Vera, 09 de febrero de 2012
Yol de Yeste y Manuel Caparrós Perales
Archivero Municipal de Vera
Acceso al Archivo Virtual para consulta de documentación on line:
http://www.vera.es/ayuntamiento/index.php?page=archivo&subpage=index
¿Se puede consultar los documentos en Vera? ¿Online?
Mis abuelos de Vera eran Berruezo, Segura, Albarracín, León, Gerez, Ramirez, Cervantes…
Gracias de antemano..
Por cierto, mis abuelos por la parte de Cuevas, son Alonso, Valverde…
Acceso al Archivo Virtual para consulta de documentación on line:
http://www.vera.es/ayuntamiento/index.php?page=archivo&subpage=index
Los archivos parroquiales se van a digitalizar?? Gracias!
Todos los Archivos Parroquiales de Almería se trasladaron hace unos años (2014) a un Archivo centralizado en el Obispado de Almería, por orden del mismo Obispado. De él será la decisión de digitalizar o no.
Al margen de todo eso, a partir del año 2004, desde el Archivo Municipal de Vera se trabajó durante varios años de manera totalmente desinteresada, por respeto a los vecinos y nacidos en Vera, para vaciar los datos de esos libros parroquiales en una base de datos, con el permiso del Padre don Manuel Menchón, y, así, fueran conservados para siempre.
Esa información nunca podrá ser pública sin el permiso del Obispado. Realizamos el vaciado parcial Bartolomé Contreras Segura y un servidor, Manuel Caparrós Perales.