TEXTOS Y DIBUJOS PARA EL ANIVERSARIO DEL TERREMOTO DE 1518. versión inglesa

El pasado día 10 de noviembre de de 2014 se organizó por los coordinadores de No eres de Vera si… (facebook) una subida al cerro del Espíritu Santo de Vera con el fin de recordar a los fallecidos por el temblor de 1518.

Dicha subida se escenificó con música y vestimenta adecuada y se leyeron en las inmediaciones de la ermita unos textos en verso y en prosa escritos por don Diego Ramírez Soler y Gabriel Flores Garrido.  Considero que tienen una calidad y una originalidad que los hace merecedores de su edición en este espacio.

en la ermita c

También se mostraron los dibujos realizados por el excelente dibujante don José Manuel Ramírez Hidalgo, Arquitecto Técnico del Excmo. Ayuntamiento de Vera, diseñados para tal evento y elaborados en un espacio de tiempo muy breve, lo que les imprime más mérito.

He aquí las obras:

1

Homenaje a los veratenses fallecidos

en el terremoto de 1518

“Romance de Ciego”

Hombres, mujeres y niños,

mendigos y caballeros,

paisanos y militares,

carcamales y mancebos.

El que ya no peina canas

porque se quedó sin pelo,

y el que el tupé se compone

con bandolina y ungüento.

 

¡Escúchenme pecadores!

Que es  humana condición,

con nuestra necia soberbia,

darle la espalda al Creador,

sin reparar  el dominio

de su portentosa mano,

que si un instante nos deja

todo se convierte en vano.

 

A la piedad yo me acojo

de la Trinidad suprema,

y  pido su  iluminación

para convertir en dardos,

hacia vuestro corazón,

estas humildes palabras

del que, más que ver, presiente

porque soy casi invidente.

 

Porque mancao estoy de un ojo

que me arrancara de cuajo

un infame pendenciero

que al infierno despachara,

con espadazo certero.

Y me cobré con su vida

de mi hija la deshonra

que era doncella y lozana

 

Quiero explicaros señores

un suceso luctuoso que

a todos dejó aterrados.

La historia más lastimera

recordada por humanos.

Ninguna, en pliegos  contada

ni en escrituras plasmada,

se asemeja a tal estrago.

2

A los mil doscientos años,

tras la Redención del mundo,

fatigados de pendencias

y de continuos asaltos,

que estando cerca del mar

es pesada reincidencia,

buscando paz y sosiego,

nuestra ciudad deja el llano.

3

Y eligen como morada,

uno de los altozanos

una legua tierra  adentro,

de los dos que son hermanos.

el que más se acerca al sur,

que es la tierra que pisamos.

Feraz vega en su ladera

y manantial larga mano.

 

Y en su altura amurallada

allí sus vidas transcurren.

Día tras día en sus afanes,

en su recinto concurren

con los trajines  normales.

Trato, compra y chalaneo

que en eso somos iguales

ricos, pobres y rufianes.

4

Pero una nefasta noche

con las once ya sonadas,

mil quinientos  dieciocho

tras la Redención el año,

de noviembre el nueve día.

San Teodoro se festeja.

¡Que don de Dios significa!

del destino qué ironía.

 

De vivir tan confiados,

y de soberbia pagados,

en un tris se hace mudanza

como del cielo al averno,

por soberbio terremoto

de recio bramío hermanado.

¡Y cual cebada en su criba

se sintieron zalados!

 

Y con ellos sus enseres,

suelos, muros y techados.

Aun no repuestos del pasmo

pero ya más sosegados,

de madrugada, a las tres.

¡A la hora del diablo!

Un segundo terremoto,

deja en pañales al otro.

5

El cual con violencia  torna

Las cosas a su capricho:

que lo de abajo parriba,

que lo de arriba pabajo,

quela derecha a la izquierda,

y la izquierda al otro lado.

Y en menos que yo lo he dicho.

¡Queda todo destrozado!

Las murallas, lienzos, torres

descompuestas y atronadas.

Quebrada la fortaleza.

Las viviendas asoladas,

que cerca son de doscientas,

y sus cimientos a flor

que es difícil conocer

de todas su ubicación.

6

Y de las bajas humanas

tragedia sin parangón.

¡Ciento cincuenta se lloran

de toda edad y condición!

Sin contar con los lisiados

que el tal desastre causó:

según las crónicas dicen

se subieron del centón.

 

¡Aquello fue un pandemónium!

Un monumento al horror.

De lo sublime o  ruin

buena muestra allí se dio,

con la excitada pasión,

de la humana condición:

¡Heroicos gestos de auxilio!

¡Viles obras de ambición!

 

Criaturas encarnecidas,

desmembradas ¡Ay qué Horror!,

Mil pasos sin rumbo dados

en noche fría y tenebrosa.

¡Todo es desorientación!

Gritos, lamentos y lágrimas.

¡Madre del Amor Hermoso!

¡No hay lenitivo al dolor!

 

Y llegada la alborada,

con el despuntar del día,

el horror supera en mucho

a todo lo imaginado

por la mente más macabra.

Y de fondo ¡Santo Dios!

En lúgubre sinfonía:

¡Gritos, llantos y agonía!

7

Cuerpos partidos en dos

y miembros descoyuntados

o cercenados de cuajo.

Que por ver, también se vio,

algo que al cielo clamaba:

en el vientre de una madre

quemuerta y en preñez estaba

su fruto aún se  agitaba

 

La casa que quedó enhiesta,

inhabitable ha quedado,

porque amenaza su  ruina.

Todos los que aún respiran,

Al valle prestos bajaron,

desconsolados llorando:

unos confesando a gritos,

todos al cielo clamando.

8

Don Francisco de Castilla,

Pasado menos de un año

de la terrible dolencia,

le detalla al rey Don Carlos,

de los Austrias al inicio,

para erigir la ciudad,

de  comarca guardiana,

con la mayor diligencia.

9

Que sea cuadrada su planta

De gran muralla dotada.

Que ocho torres la coronen.

Con ciento y cincuenta casas

Su iglesia fortificada.

¡Para que sea un valladar!

Por ser la llave y amparo,

del gran reino de Granada.

 

Que se edifique en el llano,

Y de la anterior distal

lo que aleja una ballesta

lanzada de donde estamos,

y al amor de Fuente Chica.

Lugar donde hoy se emplaza

Nuestra muy querida Vera

¡La Muy Noble y Muy Leal!

1

Que con el valor probado,

a lo largo de su historia,

por sus hijos, a nadie extraña,

lo que reza en su blasón:

¡¡“Quien aquí ve esta ciudad,

en este llano formada,

fue ponerle un freno al turco

y una llave a toda España»!!

 

Y ahora el autor os suplica,

Padre Nuestro sea rezado,

por los que aquí perecieron

en terror tan lamentado.

Y aquí se acaba el romance

que en el pliego escrito está.

Sólo diez céntimos cuesta

a quien lo quiera llevar».

Diego Ramírez Soler

ANIVERSARIO DEL TERREMOTO

 

Bien hallados todos los que aquí sois. Rodrigo de Zárate es mi gracia. Me place contemplaros y ventura es frente a mí teneros.

Muchos años ha y, cavilando en soledad, en el solar mismo que hoy ocupamos, anhelé, que algún día, los paisanos venideros subirían a dar homenaje y dedicar recuerdo a los que perdieron vida y haciendas, aquel martes  maldito, del noveno día de noviembre, del año del Señor de mil y quinientos y diez y ocho. Triste desengaño para mi ánimo, habría supuesto hallarme solo, porque, aunque no echo en falta cosa alguna, me habría lacerado el alma el luctuoso silencio que en esta cumbre  reinaría, si la compañía de vuesas mercedes, no fuera presente.

Caso de que solo debiera haber una virtud, esta habría de ser, y así yo la habría escogido, la de la generosidad, y vosotros, bien que la habéis mostrado estando aquí; quien sabe, si  sobre algún paisano todavía sepultado, y que nunca pudo ser rescatado. Si así fuera, más cerca estará de oírnos y de percibir el latido de nuestros afligidos corazones.

Día cruel y endemoniado aquel del que hoy cumplimos cuatrocientos y noventa y seis años, y que, pese a los cinco siglos transcurridos, en mi mente todavía no se ha apagado la luz de ese recuerdo.

Cuando a mí viene ese horror, el ánimo se me abrevia y la alegría se me entristece. Pienso en tantas glorias vanas aquí enterradas, en cuantas miserias llegadas a su fin, y en todos los paisanos sepultados para siempre, por los tremendos sillares desprendidos, que con tanta impiedad  los  aplastaban.

En mi recuerdo permanece que, cuando se contaban veinte y seis días del mes nombrado, Don Yñigo de Guevara,  Alcalde Mayor  de nuestra ciudad,  tomó declarado juramento a Alonso de Sepúlveda,  Pedro Pérez, Antón de Almazán, Juan Navarro, Andrés Perpiñan y Pedro de Campoy, todos vecinos de Vera, que con el ánimo constreñido y sin lugar para cosa alguna, que no fuera la desesperanza, ítem la necesidad, dieronle relación de  sus cuitas  en aquella calamitosa noche.

“Saludable consejo es olvidar”, me decía mi padre, pero, ¿cómo hacerlo?. Con tantos deudos en el desespero y con todas sus haciendas maltrechas, cuando no perdidas, es difícil el olvido. Ni siquiera la bruma, que en la mente levanta el tiempo tras los quinientos años transcurridos, han borrado de mi imagen los perfiles del horror.

Gracias al Altísimo, pronto se emprendió la construcción de la nueva ciudad, que a los supervivientes diera abrigo. Don Carlos, el Emperador nuestro señor, mandó con brevedad, diseñar los nuevos planos, demostrando, que la realeza  debe ser servidumbre más que privilegio.

Por merced de Dios, hoy vivimos jornada de fiesta, y ello me hace mantener en venturoso estado mi espíritu, mas sin menoscabo de dedicar recuerdo y lamento a los que, en aquellos difíciles tiempos, trabajaron en trazar la senda, que hasta los días de hoy os han traído.

Arrebolado por la emoción, para ellos pido vuestro cariño y vuestro reconocimiento, ante tanta miseria padecida, frente a tanto trabajo afrontado y tan gran dolor arrostrado.

Sea para vosotros mi respeto ganado y mi agradecimiento merecido.

Yo, Rodrigo de Zárate y Acevedo.
Texto de Gabriel Flores Garrido

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EARTHQUAKE’S ANNIVERSARY ON NOVEMBER 9, 1518: TEXTS AND DRAWINGS

(Traducción:  Juan Antonio Camacho)

On November 10, 2014, organisers of No eres de Vera si… (Facebook) planned an ascent to Vera’s Espiritu Santo Hill to remember the deceased people on November 9, 1518.

That ascent was dramatized with music and appropriate clothing and verse and prose texts written by Mr. Diego Ramírez Soler and Mr. Gabriel Flores Garrido, that were read in the hermitage’s area. I consider that these quality and original texts are worthy of a place in this section.

Then also, drawings were shown by the excellent draughtsman and Architectural Technician of the Hon. Vera’s Borough Council, Mr. José Manuel Ramírez Hidalgo. A praiseworthy work now that each one was specially designed and carried out in a short period of time.

Here are the works:

Homage to deceased veratenses in the earthquake of 1518

‘Blind’s romance’

Men, women and children,

beggars and knights,

civilians and soldiers,

old crocks and lads.

Person does not already get on,

so that he stayed hairless,

and the one who gets his toupée ready,

with mandolin and unguent.

Listen to me sinners!

That is human condition,

with our stupid arrogance,

turning your back on the Creator,

without realizing the power

of his magnificent hand,

that if he gives us a moment,

everything is in vain.

I turn to piety,

of the Supreme Trinity,

and I ask for its enlightenment,

to convert into darts,

to your heart,

these humble words,

from the one who, has a feeling,

rather than seeing,

so that I am almost blind.

Because I have a badly injured eye,

that was uprooted

by a vile troublemaker

that hell will punish,

with accurate sword thrust.

And I earned with his life,

my daughter’s dishonour,

who was maid and healthy.

I want to explain you men

a tragic incident that

terrified all of us.

The most pitiful story

remembered by human beings.

Neither, in sheets told, nor

in writing expressed,

is similar to such tragedy.

One thousand two hundred years later,

after the world’s Surrender,

exhausted by quarrels

and continuous assaults,

that being near the sea

is tiresome recurrence,

searching for peace and calm,

our city abandoned the plain.

And they choose as dwelling,

one of the small hills

an inland league,

from the two similar ones,

one near the south,

which is the land we step on.

Fertile meadow’s hillside

and long natural spring.

And there at its walled height

their lives pass.

Day after day their ambitions,

occur in its enclosure

with normal bustles.

Treat, purchase and trickeries

applied to richs, poors and ruffians.

But a disastrous night

after eleven o’clock,

one thousand five hundred eighteen

after Liberation,

on November 9.

Saint Theodore’s celebration.

What God’s gift means!

the ignored destiny.

So trusted living,

paid with arrogance,

suddenly everything changes

from heaven to hell,

maginificent earthquake

strong roaring connected.

And such shock was that

they felt astonished!

And with them their belongings,

floors, walls and roofs.

Still not recovered from the shock

but already more calm,

small hours, at 3 o’clock.

At the devil’s hour!

A second earthquake,

stronger than the first one.

Which comes back violently

and capriciously:

things from bottom to top,

things from top to bottom,

from left to right,

and from left to the other side.

And sooner than later.

Everything is destroyed!

Walls, canvas, towers

splited up and deafened.

Broken the fortress.

Devastated houses,

that they are near two hundred,

and its foundations’ rests

that make its location complicated to recognize

at all.

And of the human casualties

tragedy without comparison.

One hundred and fifty are missed

of all ages and conditions!

Without taking into account disabled persons

that such disaster caused:

according to chronicles

they were more than one hundred.

That was a pandemonium!

A monument to horror.

How sublime or despicable

good sample was given there,

with the euphoric passion,

of the human condition:

Heoric gestures of help!

Vile works of ambition!

Put on flesh creatures,

dismembered What a Horror!

Thousands of steps aimlessly

in a cold and gloomy night.

All is confusion!

Screams, moans and tears.

Mother of Fair Love!

There is no remedy for pain!

And at sunrise,

with the beginning of the day,

horror exceeded too much

to all imagined

by the most macabre mind.

And at the bottom Holy God!

In mournful theme:

Screams, tears and agony!

Bodies broken in two

and dislocated members

or cut rennet.

It was also seen,

something that heaven cried out for:

in a mother’s belly

who was dead and pregnant

her son still moved

That house was still standing,

has remained uninhabitable,

because it threatens her ruin.

The ones that still breathe,

went down to the valley,

crying disconsolately:

ones confessing at loud,

all crying out for heaven.

Mr. Francisco of Castile,

Less than a year later

of the terrible tragedy,

explains in detail to King Don Carlos,

of los Austrias at the beginning,

to build the city,

of guardian region,

with the greatest diligence.

Being square its plant

of great wall.

That eight towers crown it.

With one hundred and fifty houses

Its fortified church.

To be inexpugnable!

For being key and protection,

of the great kingdom of Granada.

To be built in the plain,

And of the previous distance

‘a un tiro de ballesta’

shot from the place where we are,

and Fuente Chica’s love.

Place where today it is located

Our very loved Vera

Very Noble and Very Loyal!

That with the proven courage,

throughout its history,

by its sons, to anyone strange,

which reads in its coat of arms:

Who can see here this city,

built in this plain,

controlled the Turk

and a key for all Spain!

And now this author begs you,

The Lord’s Prayer is prayed,

in honour of who died here

in such lamented terror.

And here romance ends

that in sheet is written.

It only costs ten cents

the one who wants to wear it.

Diego Ramírez Soler

EARTHQUAKE’S ANNIVERSARY

Welcome to all of you. I am Rodrigo of Zárate. It is a pleasure for me to be in front of you. Many years have passed reflecting in solitude, in the same plot today we occupy, I longed for, that someday, the future fellows went down to pay tribute to the ones who lost their lives, that cursed day on November 9, 1518. Sad disillusionment for my mood, would have meant being alone, because, although I do not miss anything, the tragic silence that would rule at the top would have afflicted my soul if it had not been for your company.

If it only existed one virtue, this would be and this way I would have chosen generosity you have demonstrated being here with me; who knows, if over a buried fellow that may not be rescued. If so, he would be nearer to hear and to perceive our mournful heartbeat.

Evil and cruel that day today we reach four hundred and ninety six years and, in spite of five centuries passed, in my mind still has not diminished the light of that memories.

When that horror comes to me, mood is shortened and happiness is grief. I remember many vain great names buried here, many miseries that have come to an end and all buried fellows forever because of tremendous detached masonries that squashed them with such cruelty.

In my memory remains that, after twenty six days of the aforementioned month, Mr. Yñigo of Guevara, Mayor of our city, swore to Alonso de Sepúlveda, Pedro Pérez, Antón Almazán, Juan Navarro, Andrés Perpiñan and Pedro de Campoy, all Vera’s residents, that with constrained mood and unwillingly, except for despair, given the necessity, gave him the list of longings of that disastrous night.

‘Healthy advise is to forget’, my father told me, but, How doing it?. With many missed relatives and with all their damaged properties, almost destroyed, it is difficult to forget. Not even haze that in mind time raises after five hundred years, horror’s profiles have erased from my mind.

Thank you to the Highest, new city’s construction soon began to shelter survivors. Mr. Carlos, the Emperor, our master, briefly ordered to design the new plans, showing that royalties must be servitude rather than a privilege.

For God’s mercy, today we live this holiday and, that brightens up my day, undiminished memories and moans to those who at these difficult times, worked to be what we are today.

Turned red by emotion, I ask for them your affection and your acknowledgement, before such suffered misfortune, against such faced hard work and such big pain suffered.

Be for you my own respect and my well-deserved thanks.

Me, Rodrigo de Zárate y Acevedo

Gabriel Flores Garrido’s text

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