LA FLORITURA DE LA HISTORIA. EL ADORNO CALIGRÁFICO EN VERA

Un escribano del Ayuntamiento, un notario, un Alcalde Mayor…, hacen una pausa en su redacción.

Quizá terminan de escribir o esperan a que les dicten. Abren su mente a las musarañas mientras utilizan su pluma para adornar distraídamente alguna versal o mayúscula elegida para distinguirla del resto decorándola con acantos, culebrillas, floripondios, o esbozan alguna figura preonírica. Anhelos o presagios… Esos dibujos se han conservado en nuestros Archivos Históricos. Lo más humano y espontáneo de un expediente. Son lo bellamente superfluo del patrimonio cultural. Frutos del spleen procedimental, del “verás tú que bonito”. La bella y reveladora farfolla documental.

En el recreo posterior a la lectura de documentos históricos, nuestra mente puede jugar a desear descubrir en los trazos de estos dibujos (ventajas del manuscrito) alguna clave para entender mejor a los hombres de otros siglos, con el prejuicio, falso quizá, de que no pensaban exactamente igual que nosotros, de que el fin de su vida no era, al fin y al cabo, sobrevivir, o, si ya se había logrado, vivir bien o mejor. Y ahí estamos nosotros, dilatando la pupila, escudriñando a pocos centímetros el grosor del trazo, el color, la firmeza o tembladera de su mano, el olor de sus miedos, el tono de sus anhelos, la materia de su alma… Y se llega a un pensamiento vital: a pesar de las dificultades de los vecinos, de la incertidumbre ante el porvenir, del dolor y del hambre, del olor agrio y seco de la pobreza, del miedo helado, de las epidemias, y de la muerte, siempre hubo hombres que no desesperaron, eligiendo cribar la vida para quedarse con la brisa limpia del mar y del amanecer, de la inocencia y la risa de los niños, de la belleza de la mujer, o del olor a la tierra mojada por la lluvia… y, frente al qué dirán, a la mezquindad humana, a la envidia y a la pura maldad de algunos de nuestros congéneres, apostaron fuerte por el rizo, el bello detalle, la inmortal letra romana rellena de generosa tinta, la gollería excesiva y gratuita, caprichos, aderezos y abalorios…, la alegría, la gratitud y el amor a una vida que te regala el triple de lo que le has dado en sacrificio…

Sirvan las siguientes imágenes y detalles, de mi elección y parcial apreciación de entre los fondos documentales del Archivo Municipal de Vera, para ilustrar cinco siglos de historia cristiana. De bella letra preñada de indisciplinado arabesco.

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Manuel Caparrós Perales

Archivero Municipal de Vera

17-08-14

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