«IN MEMORIAM» A UN GRAN AMIGO NOBLE Y LEAL, EXCELENTE PROFESOR, Y AMIGO DE SUS AMIGOS: D. DAMIÁN NICANOR DE HARO CARMONA

«IN MEMORIAM» A UN GRAN AMIGO NOBLE Y LEAL, EXCELENTE PROFESOR, Y AMIGO DE SUS AMIGOS: D. DAMIÁN NICANOR DE HARO CARMONA

Diego Morales Carmona
25 de noviembre a las 2:22

«IN MEMORIAM» A UN GRAN AMIGO NOBLE Y LEAL, EXCELENTE PROFESOR, Y AMIGO DE SUS AMIGOS: D. DAMIÁN NICANOR DE HARO CARMONA.
Han transcurrido varios días desde que nos dejaste y la herida de profundo y hondo calado en nuestros corazones se hace manifiesta, patente, abierta y plena tras la impronta que nos dejaste por tu imborrable recuerdo. No soportamos que te hayas ido tan joven, alegre y jovial. Transmitías ánimo, agradabilidad y encanto. ¡Cuánto te echaremos de menos quienes te conocimos! Y, ahora, cuando ya no estás, visionamos tus propios recuerdos, los nuestros, digámoslo mejor, los compartidos.
Compartí contigo ratos entrañables. Siempre, en nuestras conversaciones, tu querido padre, compañero de trabajo de mi esposa; tu madre, mi prima Anita, mujer muy apreciada y querida por mí; tu Pilar, resoluta, agradable y simpática sin que nada se le oscureciera; tu Enriquito, mi alumno predilecto junto a su inseparable amigo Ramón; tu hermano Javier, cordial al igual que su esposa; María Dolores y Patxi, serviciales y maravillosas personas. Los hijos de éstos, encantadores y, permítanme Vds., mi expreso perdón si alguien me dejo en el olvido. Dicho esto, ahora me viene a la memoria María Josefa, su abuela.
Muchos años juntos de colegio, de nivel compartido, de aprendizaje, de tus ilustres enseñanzas, de trabajo conjunto, de tus consejos y los míos. Ya, amigo del alma, todo en tu recuerdo y en el mío, que, seguro, me estás leyendo y lo estás haciendo, ahora, desde la otra vida. Tu alma, ya en el más allá, habrá ponderado tu existencia y el Creador te habrá acogido a su diestra porque en la Tierra, nuestro planeta, tu forma de vida, ejemplaridad y comportamiento fue intachable e inmejorable. Todo un auténtico caballero.
Mira, amigo Nicanor, me veo obligado a decirlo: sentía envidia cuando junto a tus coetáneos, amigos de por vida: Antoñico Martínez, Manolo Ruiz, Antonio Gallardo, Uría, Sebas, Santos, Ramón Carmona, Domingo, Juan Bautista, Pepe Acacio y otros, en tertulias, la amistad que imperaba en vosotros, férrea e incólume por esencia y naturaleza, me hacía pensar, con detenimiento, por supuesto, siendo una década todos más jóvenes que yo, la satisfacción que me producía el veros tan saludables, con buen humor, alegres y de buen venir.
Vayan estas líneas por ti, amigo del alma. ¡Qué Dios te acoja en su Gloria!

Autor: Diego Morales Carmona.

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