Imágenes mejor que palabras para observar el hilo invisible que enhebra pasado, presente y futuro en el desarrollo de las costumbres, la economía y el gusto durante el siglo XX en Vera.

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA, UNA  MIRADA AL RECUERDO (marzo de 2014)

La fotografía es un tesoro artístico, histórico, sociológico y cultural que permanece en el espacio y en el tiempo.

Y con los fondos documentales del Museo Histórico y el Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Vera y con la participación  de los álbumes familiares de los vecinos de este municipio y la Concejalía de la Mujer organiza una muestra de gran valor de la Historia veratense, así como sociológico y cultural.

Se trata de imágenes procedentes de donaciones y préstamos, con temática de la vida cotidiana de la localidad, donde refleja momentos de actividad doméstica, de ocio, festivos, laborales, que nos cuenta la evolución de la sociedad veratense, desde las décadas de los años 50 a la actualidad.

La Exposición está articulada en varios apartados que ponen de manifiesto las manifestaciones sociales propias de un pueblo profundamente de reminiscencias  rurales de los años 50 que se abre a los nuevos tiempos cambiantes y globalizados donde el costumbrismo cotidiano tradicional tiende a desaparecer.

Esta muestra pone de manifiesto distintas iniciativas tendentes a la puesta en valor de este Patrimonio fotográfico.

Profundas innovaciones sociales acordes con los tiempos, en un periodo de tiempo relativamente corto en el espacio. De esta forma se contrasta un pasado inmediato, no tan lejano, con un presente radicalmente diferente.

Ahora que, en cualquier momento y en cualquier situación las personas sacan una cámara digital para dejar constancia de lo que ve y que por otra parte, ha cobrado tanto interés la fotografía antigua, que estas imágenes evocan un pasado reciente, de unos modos de vida que aún recordamos en nuestra memoria histórica.

Esta es uno de los múltiples atractivos de la exposición, como legado fotográfico familiar, cuyo resultado son mas de 125 fotografías totalmente inéditas, nunca vistas y únicas, que muestra el testimonio social de un tipo de vida, que ya es una especie de herencia patrimonial para su catalogación y digitalización.

En su contexto contiene fotografías de fiestas, de tradiciones, de vida cotidiana, de vida profesional, de rincones de Vera, de Ocio y Diversión y otras de Celebraciones.

Esta Muestra, es exclusiva de temas humanos, populares y cercanos, en la que se recogen imágenes de vecinos, grupos de amigos, acompañados de emotivos y breves textos en los que se va la esencia de ese momento congelado en el tiempo. Son pinceladas humanas de veratenses, personas que ya no están con nosotros y otras que aún viven.

Esta muestra invita a viajar en el tiempo reciente a través de la fotografía. Escenas de fervor popular en Semana Santa, la cita habitual de veraneo en la playa de “Villa Jarapa” y La Almica, el tradicional carnaval,  la popular fiesta de toros, la tradicional “Corrida de Cintas” de la Feria de Vera con las mozas engalanadas para la ocasión con los trajes típicos, las populares “verbenas” entre otras…

Una  particular exaltación de la vida social, en un entorno cotidiano, que en otras circunstancias quedaría desapercibida, si no se hubiese plasmado en la fotografía. Las fotos responden a momentos particulares, y a veces en la intimidad del grupo y lugares por donde trascurren sus vidas cotidianas llenas de acontecimientos festivos.

Esas fotografías mantienen un particular estilo donde no se da tanta prioridad a las reglas formales de la situación fotográfica. Unas realizadas por fotógrafos profesionales de la ciudad y otras con cámaras propias; si a eso añadimos el valor que el paso del tiempo impone a las imágenes, nos encontramos que, poco a poco, con la fotografía ha surgido un Patrimonio escondido en baúles familiares, donde se guardan viejos álbumes de fotos, cuando muchos han sido arrojados al cubo de la basura.

Al respecto, como comenta M.A. Blanco, como periodista y fotógrafo, sobre la fotografia tradicional, lo que en un principio pasaba desapercibido, poco valorado, cuando no despreciado, donde los autores anónimos nunca trascendían al exterior, termina constituyendo un Patrimonio histórico-cultural fundamental para conocer el mundo cotidiano, social, de las gentes. De ahí que el álbum familiar sea reivindicado como un objetivo a recuperar, y que sea enardecido por su valor documental.

Hoy día la vida de la ciudad, necesita de álbumes familiares de sus habitantes para conocer y comprender lo que nos es más próximo: nosotros mismos y nuestro entorno personal y así saber cual es la exacta dimensión de nuestro mundo partiendo desde la base.

Estas imágenes no fueron realizadas para la difusión pública, sino para su disfrute familiar, y eso es lo que da un sello de originalidad y autenticidad parta interpretar una realidad concreta de nuestras vidas.

Grupos de amigos, lugares, paseos, gestos, detalles, son imágenes que el tiempo ha transformado en recuerdo. Hay distintas miradas, rostros, sentido de grupo, lo individual, el juego colectivo. Escenas significativas de lo simple, en su entorno cercano, humanizado, imágenes donde se reconoce la vida.

La exposición es un refugio sentimental, que muestra el lado más amable de los recuerdos, nuestra intrahistoria. Fotografías de ámbitos particulares, anónimas que configura un retrato de unas épocas vividas. Ya no son lo que era. De aquellas fotografías surge hoy la memoria recuperable; esa memoria en imágenes.

Son estampas de antaño, que nos recuerda viejos tiempos vividos, muy emotivas para los autores y para los vecinos de Vera, porque estas imágenes, todos los vecinos las tenemos asociadas a nuestra infancia y juventud, las mujeres y hombres del pueblo que marcaron una época, en un pueblo con larga historia hecha por sus ciudadanos, que han mantenido sus tradiciones, testigos de unas señas de identidad marcadas por el pueblo veratense.

Es un viaje en el tiempo que nos conduce por la memoria de Vera, la evolución de una localidad que ha sufrido una lógica y profunda transformación desde entonces. Las fotografías nos aproximan a determinados usos y costumbres sociales que hoy ya son patrimonio de nuestra memoria colectiva.

Una visión de Vera y sus gentes, tomadas todas ellas desde los años 50 de la pasada Centuria, que a la vez ofrece una fisonomía de aquella Vera y sus calles, plazas y edificios, algunos ya desaparecidos como la Posada de la Currucanta, en la Plaza del Mercado, ejemplo de una ciudad antigua que fue paulatinamente modificándose o profundamente transformados. También el entorno agrícola con los ‘esquimos’ para vigilar las cosechas, cuya agricultura  se ha transformado.

 

El ciclo festivo

A lo largo de la Historia permanece una serie de fiestas y tradiciones populares en las que a menudo, tiene su sentido:

La Semana Santa con sus hermandades y cofradías, con sus pasos procesionales desde el siglo XVIII, donde es tradicional  el desfiles procesional de las “manolas”, mujeres ataviadas con los trajes de gala que marcaron época, de riguroso negro, incluyendo peinetas y mantones de Manila.

La Feria de septiembre, en honor a san Cleofás como patrón instituido en conmemoración del santo del día , el 25 de septiembre de 1569, debido al levantamiento del cerco tras el asedio que sufrió Vera por el morisco Aben Humeya, y que a partir de esta fecha se celebra todos los años unas fiestas, la última semana de septiembre, de gran atractivo y diversión, con actividades varias como la tradicional corrida de toros en la Plaza Monumental de Vera, construida en 1879, la primera que se inaugura en Almería, donde la afición taurina a creado un Museo taurino.

Es de reseñar también la tradicional ‘Corrida de Cintas’, con acompañamiento de banda municipal de música, la reina de las Fiestas y sus damas , ataviadas con los trajes típicos de este tipo de evento, que entregan las cintas de premio a los mozos participantes.

Y el recordado ‘Día del Turista’, donde las damas, ataviadas con sus trajes típicos entregan regalos a l os turistas que llegaban a Vera, a l entrada del pueblos, junto al Bar-restaurante de la estación de servicio.

Y, como no, recordar las famosas “verbenas” en terraza Carmona, auténtico festejo colectivo, convertido en acontecimiento social donde todas las clases sociales de la ciudad acudían con sus mejores trajes de noche, para asistir a actuaciones de conjuntos musicales, acompañados de cenas y degustación de tapas típicas de la gastronomía veratense, del arte culinario de Carmona.

Es de reseñar la importante afición al carnaval, fiesta popular de espontáneos que salen a la calle con sus disfraces conocidos popularmente por ‘las máscaras’ y las comparsas, parodiando, en muchos casos, acontecimientos de la vida local y nacional, con los multitudinarios bailes de Carnaval que gozaron de gran tradición popular, mezclándose con ‘mascaras’ y disfraces de lo más variopinto. Una festividad de la que hay constancia de su celebración desde los primeros siglos de la Edad Moderna.

El ‘Día de la Vieja’, fiesta campestre de gran arraigo popular que se celebra el jueves que coincide con la mitad de la Cuaresma. Es una tradición eminentemente rural que consiste en salir a comer al campo con la familia y amistades, y al atardecer, ‘partir la vieja’, que consiste en una muñeca fabricada con papeles de colores y cañas y con la cabeza repleta de golosinas que es rota a pedradas o palos.

Las instantáneas fotográficas retratan algunos de esos aspectos de la cotidianeidad, plagada de tipos humanos en sus vidas sociales, que nos sumergen a veces en el tipismo de un ámbito urbano rural, en los abiertos pagos del entorno, en la actualidad pasto de la vorágine urbanística. Pero no todo ha quedado desaparecido, algunos rincones permanecen y sus recuerdos con ellos.

 

Abril de 2014

Domingo Ortiz Soler

Museo Histórico Municipal

Ayuntamiento de Vera