(Carta abierta a mi amigo Ezequiel Navarrete Garres. Junio 2.014)
Querido amigo:
Me complace decirte que, el otro día, cuando me presentaste a tu amigo Paco, “El Mareas”, quedé profunda y gratamente impresionado, no ya por su atuendo – camiseta a rayas, azul y blanca; pantalón azulado; y gorra con funda blanca y visera de charol adornada con escudo de oro y doble ancla de la Marina Civil-, como bien lo describes en tus ingeniosos e interesantes artículos publicados en IDEAL@LEVANTE, sino por su expresiva mirada de viejo zorro de cabello plateado y faz rugosa de piel curtida por su exposición al sol. De por sí, he de decirte, Ezequiel, que llamaba bastante la atención tu amigo “El Mareas” cuando, tomando café en la cafetería Clásica de nuestra ciudad de Vera, observé cómo, al levantarse y dejarse ver, la concurrencia habida en Plaza Mayor, dirigió la mirada hacia el inconfundible marino.