Ayer viernes, tuvo lugar en la ermita de San Ramón, con asistencia del alcalde de la ciudad, José Carmelo Jorge Blanco; junto al cura párroco Carlos Fortes García; el hermano mayor de la hermandad de la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Antonio Cano y su Junta de Gobierno; y el suboficial mayor, Francisco Javier Valero, en representación de La Legión, y que recientemente ha pasado a la situación de reserva, ro, quien recibió una mención de honor por haber sido muchos años nexo de unión entre la Hermandad de Jesús y la Legión.
La encargada del pregón correspondió este año a Cristina Caparros Soler, nacida en Vera, donde pasó su infancia y adolescencia felizmente junto a su familia y amigos, marchando más tarde a Granada, para cursar los estudios de magisterio, regresando en 1985 a Vera, donde contrajo matrimonio con Cristóbal Gallardo, siendo padres de tres hijos. Actualmente desarrolla su labor docente en el colegio Ángel de Haro. Sintiéndose orgullosa de ser camarera del Nazareno y Hermana de la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús.
‘Ser pregonera ha sido algo muy especial para mí’, argumentaba Cristina… ‘Pues me sentido muy arropada por mi familia, también la nazarena, un buen grupo amigos, compañeros y vecinos, que hicieron de esa noche algo maravillosos’ … ‘Recuerdo los madrugones de cada Viernes Santo viendo, junto con mi abuela, mi madre, y mi hermana, pasar a Nuestro Padre Jesús calle la Plata abajo. Precedido por una escuadra de judíos con lanzas, que confieso entonces, me daban miedo, y seguido por una interminable fila de hombres que acompañaban en silencio al Nazareno, era
La Subida de Jesús…. ‘ Estar tan cerca de la imagen de Jesús, me impresiona y conmueve. Recuerdo una vez que entre a quitar un centro de flores ya marchitas a los pies del Nazareno; al verme allí, tan próxima a Él ,.. .emocionada y sobrecogida , dije a mi marido: realmente impresiona estar aquí, a su lado, tan cerca. A lo que él simplemente contesto:si te impresiona estar aquí
imagina lo que es ir debajo, llevándolo sobre tus hombros…’Viernes de Dolores, la madre acompaña a su hijo de vuelta a la Ermita de San Ramón, aquí, en la esquina de la Glorieta, la Madre y el Hijo se despiden en medio de un silencio que hiela la sangre. Madre e Hijo se separan, conscientes del sufrimiento que se avecina. Mirar las imágenes y ponerse en la situación es emocionante y doloroso. Yo, como madre, pienso en el dolor de esa Madre y mi corazón se rompe, no quiero imaginarlo. Pienso en ese Hijo viendo el dolor de su madre, y como hija, mi corazón vuelve a romperse. Un fuerte aplauso quiebra el silencio, y las imágenes se despiden queda y silenciosamente. La madre y el hijo no volverán a encontrarse hasta el Viernes Santo por la mañana, después de la Subida de Jesús’…’Son las ocho en punto de la mañana, el capataz llama a toque de campana. El Nazareno sale de su Ermita por la puerta de la Glorieta, inicia su recorrido dirigiéndose hacia la calle de la Plata’…’¡Qué emoción siento al verlo con esa quietud! Paseando su amargura, asumiendo su destino. A lo largo del camino caerá por tres veces, movimiento realizado con maestría por los hombres de trono y que corta la respiración porque realmente parece caer’…’ Cristo ha resucitado y hay que gritarlo para que todos lo sepan. Y lo más importante: mantener a Jesús vivo en nuestro corazón, creer en Él y pregonar al mundo: Jesús Resucitado vive en nuestro corazón y en el corazón de nuestra hermandad.
Como pregonera en este año 2015, Año Nazareno, quiso hacer un breve recorrido desde su infancia hasta el día de hoy, explicando emocionada todo lo que significaba la Hermandad de Jesús para ella. De cómo ha ido evolucionado su relación y emociones más íntimas hacia su cofradía a lo largo de los años. Pues son sentimientos que no se guardan en un cajón y se sacan cada año en Semana Santa, y pasear en las procesiones; sino que es un ardor y un entusiasmo que dura todo el año, participando en las diferentes actividades cofrades, así como las que se celebran en la ermita de San Ramón. Transmitiendo el significado que las imágenes de Jesús y su madre la Santísima Virgen de la Piedad, tienen para ella y provocan desde su más tierna infancia en el ánimo de su vivencia cristiana.
Este primer evento cofrade de la ciudad de Vera, estuvo ambientado musicalmente por Antonio Jesús Soler Castaño joven pianista veratense, que interpretó varias piezas musicales propias de la Semana Santa.