El poeta veratensa Francisco Flores presentaba recientemente, como colofón a los actos de la Semana del Libro en la localidad, en el Edificio de Usos Múltiples de la Plaza Mayor de Vera, acompañado por el alcalde del municipio, José Carmelo Jorge, y varios concejales del equipo de Gobierno municipal, y un gran número de personas como público, su último libro, A la sombra de los sueños, una recopilación de poemas, sobre todo, sonetos que giran entorno a multitud de temáticas, tratadas desde la óptica y la sabiduría de una persona que ama la literatura y los libros y que confiesa que desde siempre, y ahora, gracias al tiempo del que dispone, soy feliz con un libro en la mano y siempre siempre estoy leyendo, es mi vida.
Flores, con 72 años, afirma que escribo cuando tengo ganas, porque escribir poesía no es cuando uno quiere, sino cuando viene, y considera que lo mejor que puede haber en la vida es un libro. Ha escrito ya anteriormente a éste, tres obras más: Luz y tiniebla, Luces y sombras, Sombra del destino, y ahora tengo muy avanzado otro libro que se titulará Más allá de las palabras, afirma.
Francisco Flores lleva toda su vida en Vera y asegura, en cuanto a su arte de escribir que me he criado en mi propia especialidad, la poesía mitológica griega y romana, aunque también escribo de asuntos religiosos, del amor
Generalmente sonetos y también poesía libre con rima, que despliega sentimientos naturales, haciendo alusión a elementos como el viento, las olas, y también a cosas antiguas. Escribo de aquello que me sale, no de lo que yo busco, porque no tendría sentido.
El autor asegura tener la suerte de dedicarme a leer y sentirme la persona más feliz del mundo con ello. Además recuerda que cuando era más joven, como tenía que trabajar, hacía las mil y una para poder leer, siempre llevaba un libro en el coche para cualquier ocasión que tuviera.
Flores es una persona muy querida en el municipio y que siempre ha contado con un amor especial por la lectura y la literatura. El arte le nace desde dentro, como él dice, y surge con naturalidad porque, entiende, que es lo que más le gusta, lo que el apasiona.