‘Historia de los gitanos españoles: Crónica de una represión’ es el título de la conferencia pronunciada el pasado jueves en el Convento de la Victoria por Manuel Martínez Martínez, Profesor y Doctor en Geografía e Historia por la Universidad de Almería. La presentación del acto, en el que se incluye una exposición con el presumible origen del pueblo gitano en la India y su posterior expansión por Europa, corrió a cargo de la concejala de Igualdad y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Vera, Yolanda Torres Santiago, quien puso de relieve la convivencia pacífica y la integración gitana en el municipio de Vera, uno de los que, según Manuel Martínez, mejor representa en España el establecimiento de la comunidad gitana desde que en el año 1518 el terremoto destruyera la ciudad. “A partir de ese año Vera volvió a renacer con la aportación de nuevos vecinos, entre los que se hallaron los gitanos. Hoy en día representan el veinte por ciento del total de la población y contribuyen a la prosperidad de la comunidad veratense”.
Para Manuel Martínez Martínez, “conocer la historia de los gitanos españoles es esencial para eliminar su invisibilidad, entender su situación en la sociedad y derribar los estereotipos acuñados durante siglos”. Tras describir detalladamente la llegada de los gitanos, presumiblemente desde Grecia, a Hispania, el profesor Martínez narró las vicisitudes que encontraron. Así, comentó la aceptación que hallaron por parte de los nobles que no se correspondió con el trato dado por el pueblo llano.
Manuel Martínez, puso de manifiesto que “la historia del pueblo gitano es fruto del desencuentro cultural entre dos formas de ver el mundo. Desde 1499 se dictaron medidas antigitanas y se acuñó un estereotipo negativo que favoreció en 1749 una redada para expulsarlos. Si bien, acabó derivando en un proyecto de exterminio por el que se separó físicamente hombres y mujeres para evitar su reproducción y su supervivencia étnica y cultural”. “A principios de julio de 1749”, narra Martínez, “la redada diseñada para prender a un mismo tiempo todos los gitanos y gitanas de España para proceder a su expulsión (posteriormente se convertiría en un proyecto de exterminio biológico), ya se hallaba completamente diseñada. Si bien, en tan meticuloso plan se produjo un gran error: el olvido de numerosas poblaciones donde residían gitanos (toda Cataluña y poblaciones andaluzas como Cádiz, Málaga y Almería).
El 8 de julio de 1749, el marqués de la Ensenada envió las instrucciones que debían cumplir los tres intendentes de Marina, así como la relación de los lugares y destacamentos militares designados para desarrollar la operación a las doce de la noche del 30 de julio de 1749. Realizada esta primera Redada, los gitanos almerienses, noticiosos de la prisión y del embargo de bienes que se había realizado en otras partes, tuvieron tiempo de huir, o al menos de desprenderse de sus pocas pertenencias.
El corregidor de Almería, al no haber recibido la orden de prisión, sólo pudo dar aviso a Ensenada de cómo “los gitanos y gitanas de esta ciudad y su partido”, al tener conociendo lo que se había “ejecutado con los demás del interior del reino”, habían “vendido a ínfimos precios […] los pocos jumentos y otros animales que tenían”, por lo “que a ninguno podrá encontrársele bienes de algún valor”, temiendo que llegada la ocasión no se les hallaría “dineros ni otros bienes” para hacer frente a su mantenimiento, por lo que el municipio acabaría viéndose obligado a “costear los demás precisos gastos que se originaren”.
Otro de los aspectos destacados por Manuel Martínez fue la no denominación de genocidio: el caso del proyecto de “exterminio” de los gitanos españoles de mediados del siglo XVIII, como otros hechos similares ocurridos en el pasado, debe abordarse con cautela. El nombre elegido para referirse a este acontecimiento histórico ha huido de connotaciones actuales y se ha adecuado a otro empleado en su época. El término “exterminio” es el mismo que se usó durante los hechos que tratamos, pues constituía el objetivo a cumplir una vez realizada la “recolección general de gitanos”.
Tras las preguntas efectuadas por asistentes a la conferencia, el alcalde veratense Félix López expuso que el municipio de Vera “jamás ha mostrado tipo alguno de xenofobia hacia ningún ciudadano fuera cual fuese su lugar de procedencia”. Antes de concluir el acto, la concejala de Igualdad, Yolanda Torres, y el Alcalde, hicieron entrega de la característica jarra de cinco picos veratense al historiador Manuel Martínez Martínez.