(Carta abierta a mi amigo Paco Flores Soler (julio, 2.014)
Estimado amigo: Acuso recibo de tu sensibilidad por lo natural, lo bello y lo que hoy, lamentablemente, obviamos y, cómo no, en nuestras profundas conversaciones, compartimos gustos coincidentes en aras a la protección de la Madre Naturaleza y del débil en todos sus reinos y facetas. Nuestra condición humana, inteligente por privilegiada, ante la contemplación de los despropósitos y amenazas que condicionan el sistema natural y, tú, por supuesto, me entiendes, lejos de profundizar en lo que conlleva el orden natural de las cosas, invierte, paradójicamente, lo que creo entender, sentido lógico y común de las mismas.
Pues bien, ante eso me pregunto: ¿ qué hacer ? La respuesta no puede ser nuestra rebelión ante el sin sentido y contra-natura. Ni tú ni yo somos la resistencia. Es cuestión, en el devenir del tiempo, desde los pilares básicos de la educación: familia y escuela, educar en valores y principios éticos que propicien el respeto y protección por el orden natural y todo aquello que conlleve racionalidad y sentido común. Ahora que me encuentro jubilado y se me brinda la oportunidad de escribir en «IDEAL@LEVANTE», “www.elindalico.es”, Portalmanzora.es , y blog de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Vera, me complace decirte, amigo Paco, que, a mis apreciados y queridos alumnos, siempre y en todo momento, los eduqué en algo tan sencillo como hacer el bien y obviar el mal. Por ello, el respeto a la vida y a lo inanimado, en su mayúscula contemplación, nos tendría que hacer pensar, como te dije al principio, en el respeto a la Madre Naturaleza y, más concretamente, en la protección al débil, como creo compartimos en nuestras charlas y a través de redes sociales con máximas y fotos que nos causan profundo e intenso dolor cuando se agrede a la razón de ser y lo que nos rodea.
Un saludo, amigo Paco.