Entrevista de Francisco Fernández Caparrós a Manuel Caparrós Perales, archivero del Archivo Municipal de Vera
1. Manuel, ¿qué te llevó a ser archivero de Vera?
Una vez hube terminado la carrera de Geografía e Historia en Murcia (especialidades de Geografía y de Historia Antigua y Arqueología), y de haber abierto otras puertas laborales, pensé en la oportunidad de iniciar otros estudios que tuviesen relación con mis conocimientos. Necesité otros dos años para terminar la licenciatura de Ciencias de la Documentación. Terminando el proyecto fin de carrera me llegó la noticia de que el puesto de la dirección del Archivo Municipal de Vera resultaba vacante por quedar su anterior directora, María Luisa Andrés Uroz (gran profesional y amiga), al frente del Archivo Histórico Provincial de Almería. Por suerte, en esos momentos mis estudios estaban muy orientados hacia este puesto y me seleccionaron. Comencé a trabajar en Vera el 17 de febrero de 2003. Fue una gran oportunidad para desarrollar todo tipo de habilidades en un medio muy agradable.
2. Dedicas tu Catálogo Ilustrado del Archivo Municipal de Vera a Manuel Caparrós Caparrós, ¿quién fue?
Fue mi abuelo paterno. Nacido en Lubrín y veratense de adopción fue muy querido en este Municipio por sus alumnos, vecinos y amigos. El mío no es sólo apego familiar sin otros fundamentos; muchas personas de la Comarca me han hablado con cariño y admiración de él. Fue ingeniero, maestro y profesor de Tecnología (catedrático de enseñanza media) y materias afines en el Instituto de Vera (Alyanub). Mientras estudiaba Magisterio en Madrid lo atrapó la guerra civil. Se presentó voluntario para defender la legalidad de la República (aunque respetaba a otros compañeros de diferente ideología, fue de los pocos republicanos que no defendieron regímenes totalitarios; apoyaba la legal democracia burguesa reformista de aquellos años) y al final de la guerra, después de vivir la Batalla del Ebro como teniente, sufrió prisión en Lorca y otros lugares. De vuelta en Vera no pudo ejercer como docente hasta que el régimen se lo permitió, sobreviviendo gracias a las clases particulares. Más tarde pudo ejercer su profesión.
Fue querido por los vecinos por la paciencia, sabiduría y comprensión que desprendía. Creía en la bondad innata del hombre (sentía curiosidad por Rousseau) y, como ingeniero, creía que los males de este mundo podían solucionarse con tecnología y buena voluntad (hablaba con delectación de proyectos utópicos para conseguir energía limpia como los de Félix Cañada Guerrero y el aprovechamiento mediante turbinas de las corrientes del Estrecho de Gibraltar, de planes hidrológicos, de la técnica del enarenado, de la revolución verde agrícola, de una Unión Europea que evitase guerras nacionales, de la buena alimentación humana para evitar enfermedades, de lo perjudicial del tabaco y del alcohol…). Yo, desde pequeño, atendía a todo lo que contaba, y, en sus últimos años, disfrutábamos hablando de política y de libros. Aunque tenía unas capacidades intelectuales tremendas, no creía en la erudición ni en la asimilación de innumerables datos, sino en la adaptación de la inteligencia a los casos prácticos. Un día quedó extrañado al verme leer El contrato social. Aunque fue una persona inimitable, siempre será una referencia en mi vida.
3. ¿Cuáles son los orígenes históricos del Archivo Municipal? ¿Cuál es su organización actual?, ¿qué proceso se ha dado para llegar hasta ella?
Vera es un pueblo con suerte. Si en todos los municipios españoles existía un ‘arca’ en la que se archivaban todos los documentos de importancia desde la toma cristiana, este Municipio cuidó de manera excepcional sus ‘papeles’ hasta la actualidad. Incursiones musulmanas hicieron que muchos de ellos se destruyeran de manera puntual, pero al conservar hoy algunos con fecha de 1493 nos podemos sentir orgullosos frente a lo que ha ocurrido en otros lugares cercanos. ¿La explicación a esto? Vera fue cabeza de partido judicial durante mucho tiempo y daba mucho valor a la legalidad. Al ser tierra de hidalgos también había interés en que quedaran a buen recaudo los documentos que demostraban esos privilegios…
El Secretario del Ayuntamiento fue el responsable y custodio de los fondos hasta la llegada de María Luisa Andrés Uroz en 1981 como becaria. Organizó el Archivo de manera orgánico-funcional y culminó esa organización con la edición de la Guía e Inventario del Archivo Municipal de Vera (1992). Los escritos ya no eran un conjunto de documentos sin organización; conformaban un sistema coherente. Un Archivo. Después comenzó una concienzuda tarea de catalogación de unidades documentales simples. Hoy son los documentos que todo el mundo puede investigar al estar perfectamente localizados en nuestros depósitos documentales.
A mi llegada comenzó otra etapa. Consideré que ese enorme esfuerzo debía divulgarse. Internet, las cámaras digitales, los foros sociales…, daban la posibilidad de que eso fuera posible. No dudé en comenzar a digitalizar con una cámara propia, seguir haciéndolo con nuevo material conseguido gracias a subvenciones bien merecidas de la Junta de Andalucía y continuar trabajando de esta manera desde que ya no se convocan subvenciones para estas Instituciones. Los investigadores ya podían investigar consultando nuestros documentos desde cualquier punto del mundo sin necesidad de desplazarse. Comencé a ser el medio entre el documento y el internauta. Hoy en día ningún archivero puede poner como excusa, ante la inexistencia de sus fondos digitalizados y difundidos en Internet, la falta de medios. La ilusión y la vocación son fundamentales.
4. En tu Introducción a ese Catálogo Ilustrado (CA) del Archivo Municipal señalas que la tarea principal de éste es «custodiar los fondos documentales que ha producido o recibido el Ayuntamiento desde su creación y otros que, por diversos avatares, hayan sido protegidos por sus responsables, desde el lejano escribano hasta el moderno archivero». ¿Te atreves a hacer una breve descripción de algunos de esos fondos documentales? ¿Cuáles destacarías?
Sin duda que el fondo documental más importante es el producido por el Ayuntamiento de Vera desde su creación (1488). En él destacan tres secciones: Gobierno, Secretaría y Hacienda, con series documentales tan interesantes como los Libros de Pleno (1496-2011), los Censos y Padrones de Habitantes (1495-1980) o los Libros de Registro Civil (nacimientos, matrimonios y defunciones, 1840-1869).
Otro fondo apasionante y que está haciendo que se reescriba la historia de Vera y de otros municipios es el Judicial (1511-1972). Ante la negativa de algunas personas de que fuera expurgado por órdenes externas al Municipio, se conservó como fue posible por el Ayuntamiento de Vera, en varios lugares, hasta su recuperación parcial en los años 90 (fruto de ellos es la publicación Fuentes documentales para el estudio de la Tierra de Vera 1700-1800). En 2004 comenzamos a recuperar el resto del fondo Francisco Alonso Martínez (administrativo de Archivo) y yo. Unas 2000 cajas de documentos. Este fondo es el que permite investigar sobre las costumbres y las mentalidades de los vecinos siglos atrás, sobre la minería en el siglo XIX, … Fruto de esa ‘cata’ histórica son algunos artículos sobre temas desconocidos que pueden leerse en el blog y otras publicaciones.
5. ¿Qué lugar ocupa el Archivo de Vera respecto a otros fondos municipales de Andalucía? ¿Mantiene relación con otras instituciones? ¿Acuden investigadores?
Tanto desde el punto de vista de las fechas extremas de sus documentos (1493-2011) hasta el volumen y la temática documental, se podría decir que es uno de los más curiosos e importantes de Almería y de Andalucía oriental, dado que aquí se conservan muchos datos sobre la implantación de la administración de la corona de Castilla y la adaptación de los repobladores cristianos a una tierra fronteriza que fue musulmana durante muchos siglos.
Es obligatorio mantener contacto con el resto de compañeros de otros municipios de la Provincia. El Archivo Histórico Provincial de Almería se esfuerza por convocarnos anualmente con el fin de compartir experiencias. Al haber sido María Luisa Andrés Uroz archivera de este Municipio, mi amistad me lleva a conversar bastante con ella y preguntarle dudas.
Los fondos del Archivo Municipal son consultados por muchas personas, tanto presencialmente como a través de la red. Lo que sí se ha notado durante estos últimos años es la gran afluencia de investigadores en nuestra página web, en la que se muestran ya muchos documentos digitalizados en formato pdf de descarga gratuita. Nunca ha sido tan fácil investigar. En definitiva: se ha facilitado enormemente la labor al investigador.
6. Desde el Archivo Municipal, ¿cuáles son las vías de divulgación de que disponéis? ¿Cómo podemos acceder la ciudadanía a los fondos del Archivo?
Las vías de divulgación son muy diversas. Las más directas y tradicionales son la consulta en la sala de investigadores de cualquier documento que pueda ser consultable atendiendo a Ley de Protección de Datos. Los instrumentos de descripción son los que posibilitan la consulta y localización de los documentos, ya sea desde la Guía e Inventario del Archivo, o desde las Fuentes documentales para el estudio de la Tierra de Vera, el Catálogo Ilustrado, las bases de datos con los inventarios analíticos de documentación antigua, etc.
La sala de exposiciones permanentes es otro de los logros del Archivo. En ella se muestran copias de documentos de diferentes formatos de los originales más interesantes de los fondos. Hoy sigue abierta la exposición temporal sobre la Guerra de la Independencia en Vera. También se puede consultar on-line.
Otras vías tradicionales son los artículos que tanto investigadores como yo mismo hacemos publicar en periódicos locales o provinciales. En ellos se resumen investigaciones realizadas aquí o artículos de divulgación. Es poco conocida la inconveniencia que apuntan algunos de que el archivero se dedique a historiar, ya que puede quitar tiempo a su labor en la descripción de documentos, pero en el caso de Vera estoy obligado a hacerlo si otros investigadores no se animan, al menos, a dejar iniciado un estudio de interés, máxime cuando la mayoría de la gente cree, por error, que historiar es mi labor fundamental.
Una vía novedosa de difusión es el blog de cultura del Ayuntamiento de Vera. En él se publican artículos que tienen que ver con la Historia de Vera, simbología local, costumbres, etnografía, personajes destacables, etc. Es una gran oportunidad si se sabe aprovechar porque supone un camino ágil para mostrar sin dispersión lo que se está investigando y se ha investigado en el Archivo, o sobre Vera, aun habiéndose publicado en el pasado, en otros lugares o estando agotadas dichas publicaciones. Con el tiempo podría llegar a ser el único medio que aglutine de manera seria y cómoda cualquier aspecto que se haya investigado sobre la historia de Vera. Como investigador independiente publico en el blog ciudadano verareverso.com. Se trata de un proyecto en el que se incluye de manera abierta a todos los escritores de la comarca que tengan algo que aportar, desde los muy jóvenes a los consagrados. Se incluirán entrevistas a personas destacables de Vera y otros pueblos. El apartado literario es coordinado por Isabel Cuadrado Tonkin.
Cualquier ciudadano puede acceder de manera inmediata a los fondos del Archivo Municipal de Vera, ya sea de manera presencial, en la sala de investigadores, solicitando al personal el documento por el que esté interesado, o en la propia web del Ayuntamiento, accediendo desde la página web oficial de vera.es. Para ello sólo se requiere introducir una dirección de correo electrónico y una clave personal, con el fin de que llevemos un control del número de usuarios de ese servicio. En lo que va de año ha habido un número de 760 accesos.
Segunda parte de la entrevista:
1. También me gustaría preguntarte sobre la historia del pueblo. ¿Cuándo se funda Vera? ¿Se sabe algo sobre el quién?
Aunque son preguntas que deberían responder los historiadores y los arqueólogos, puedo decir que habría que distinguir entre la Baria fenicia de la costa (hoy Villaricos) y la Bayra musulmana del cerro del Espíritu Santo. La cuestión está en saber si la población de un núcleo y otro fue la misma, con lo que, de ser así, estaríamos hablando de la misma ciudad con distintas ubicaciones. Tapia Garrido indica que la gente musulmana comenzó a poblar la Vera del Cerro entre los años 1243 y 1246, tras el tratado de Alcaraz, por el que Baria quedaba aislada en el reino de Castilla. La arqueología debe corroborar esos datos. El 10 de junio de 1488 comienza la etapa cristiana. Tampoco se ha llegado a saber el origen del topónimo de ‘Vera’.
2. ¿Qué sabemos sobre la vida en el pueblo durante la época andalusí? ¿Existe documentación sobre ese periodo?
Las fuentes musulmanas son muy escasas y se limitan a las breves descripciones de cronistas y viajeros. Sobre ese período hay documentación, aunque cristiana, recogida en otros Archivos, como el Municipal de Lorca. El primer documento que se conserva en el Archivo Municipal de Vera es del año 1493. Para conocer noticias anteriores es muy valiosa la información contenida en el pleito Lorca-Vera por la jurisdicción de Huércal-Overa. Observamos nombres de testigos musulmanes, topónimos, relación entre los municipios, etc.
3. ¿Cómo afectó a la comarca el terremoto de 1518? Desde entonces, ¿cuál ha sido el proceso de urbanización del municipio?
Las más dañadas fueron las fortalezas de Vera y Mojácar, aunque afectó más a la primera (150 muertos frente a 15). De esos lugares se conservan varios memoriales en los que los testigos cuentan su experiencia. Los años siguientes, hasta la construcción de la muralla o, al menos, de la iglesia de la Encarnación, la gente durmió al raso, desprotegida, entre los escombros o lejos de ellos. Los piratas norteafricanos aprovecharon la oportunidad para atacar de manera insistente en toda la costa, lo que nos hace pensar en la heroicidad y la dureza de la gente que se quedó para edificar su nuevo hogar. Durante esos años se perdieron algunos documentos valiosos. En el caso de Vera, fue tal la destrucción, que se consideró más conveniente comenzar desde cero edificando en el llano, a distancia de “un tiro de ballesta”. Durante esos años aguantaron los ataques de los musulmanes que atacaban parapetados desde el Cerro. Es una lección de vida que los materiales derruidos fueran reutilizados para la construcción de esta Vera.
La nueva ciudad seguiría un modelo renacentista de ciudad fortificada en cuadrícula (léase el artículo de Torres Fernández: La ciudad de Vera a comienzos del siglo XVI). La Vera nueva se edificó basándose en la utilidad militar. Era un fuerte y se organizó para cumplir con esa función, con varios ‘reutos’ o reductos (cuarteles militares), muralla, ocho torres de vigilancia y dos puertas. Dentro de ella, encontramos los edificios del poder (los más altos) y de la hospitalidad: iglesia fortaleza, concejo, hospital, convento (1606), mesón, etc. El arrabal extramuros de la ciudad ya existía en 1569. En 1808 se da la orden para derruir las dos puertas principales; la ciudad había horadado y absorbido la muralla.
El mayor especialista de la evolución de este proceso urbanístico es el arquitecto Luis Cano Rodríguez.
4. ¿Conocemos cómo fue la convivencia entre las gentes que entonces habitaban la comarca?
Sabemos que después de la toma de Vera la mayor parte de la población era mudéjar y que un
siglo más tarde comienzan los primeros avecindamientos de romaníes.
Juan Francisco Jiménez Alcázar ha estudiado esa cuestión y escuchamos su opinión en una conferencia que dio en Vera (26-05-2011). Hablar distintos idiomas fue la mayor barrera en esos siglos. Hasta ahora se ha dicho que, sencillamente, no convivían. Había pocas personas bilingües y estaban al servicio de otros intereses (límites entre reinos, canje de esclavos, comercio…). Además, cuando se ocupan las ciudades de Vera y de Mojácar, los mudéjares son expulsados y fundan Turre y Antas. Evidentemente, después de la llegada de los cristianos, y tras comenzar a trabajar tierras ajenas, los mudéjares y luego moriscos (bautizados), al llegar a ser muchos de ellos esclavos de los nuevos colonos, hubo un mestizaje controlado (los musulmanes no debían de tener fácil la entrada en el fortín, a excepción de los que sirvieran en las casas de los cristianos). No hay más que leer los libros de nacimientos de la Parroquia de Vera y los nacimientos de los hijos de las esclavas. Desde el año 1548 hasta el año 1594 contabilizo unos 94 hijos de esclavas o moriscas en Vera. Todo el que sepa algo sobre genética de las poblaciones sabrá del cambio que supone eso para una comunidad pequeña (variabilidad genética)… Si añadimos a eso los tres apellidos de origen judío que localizamos aquí… Estos son malos tiempos para el racismo.
La existencia de gitanos, romaníes o castellanos nuevos se adivina tímidamente en Vera desde 1550. Sobre todo a partir de la rebelión de Abén Humeya y de la estabilidad de la comarca. Hay noticias de ellos anteriores a 1595 e investigadas incipientemente por mí: el primer nacimiento registrado en Vera es el de Francisca Rodríguez, hija de Ana (1552); de Alonso Bueno, hijo de Martín y Clavelina, y de Martín Navarro (hijo de Francisco y Catalina) en 1566; el de Catalina Arébalo, de Diego y María (1567); en 1587 eran vecinos de Vera Francisco Belmonte y la viuda de Damián Santiago; otros nacimientos son los de María de Heredia Hernández, de Sebastián y María (1590) y Sebastián Maya Montero, de Bernardo y Gabriela (1593).
Los primeros sepelios de gitanos son los de Juan de Saldaña (1602), el de Francisco de Bermúdez y Catalina de Mendoza (1604), el de Pedro Fernández (1607) y el de María de Torres (1641).
El avecindamiento oficial de gitanos en Vera es del año 1781. Carlos III comenzó a interpretar su estilo de vida como un problema. En el Archivo Municipal de Vera hay noticias sobre la convivencia entre las dos comunidades en el fondo judicial, sobre todo en expedientes del siglo XVIII.
La hipótesis sobre la convivencia entre gitanos y moriscos en el municipio todavía está por demostrar, aunque ya se han encontrado algunos datos. Esta cuestión de los castellanos nuevos siempre es muy polémica, pues los de una u otra opinión suelen comenzar a investigar sobre prejuicios. Y eso no beneficia a la investigación. Y para ser honesto no se pueden esconder ciertos datos, siempre que se quiera tener una aproximación real de lo que ocurrió.
5. La escasez y gestión del agua ha sido (y todavía es) uno de los grandes problemas de la comarca, ¿conocemos cómo ha evolucionado este problema? Si no me equivoco Domingo Ortiz escribió hace unos años sobre esta cuestión en Vera, Agua y Suelo, un libro que se encuentra ahora mismo descatalogado.
El primer estudio que se realizó sobre la Historia del Agua en Vera fue la tesis doctoral de María Luisa Andrés Uroz, anterior archivera de Vera, que llevaba por título: Agua para beber. Poder municipal y abastecimiento público en una ciudad del sureste (2002). El artículo que lo resumió fue El abastecimiento público de agua en Vera en la Edad Moderna (Revista Axarquía, 2001). Un año después se publicó el fundamental y divulgativo libro de Ortiz Soler y Cara Barrionuevo: Historia del Agua en Vera. Fue una impagable contribución a esta tierra.
No cabe duda de que la supervivencia de Vera en la historia y el aumento de su población estuvo condicionado por los litros de agua que cada vecino tuvo para regar sus tierras y los que pudo llegar a consumir en el ámbito doméstico. Y esa situación evolucionó de manera significativa con la construcción de canalizaciones desde muchos siglos atrás y de fuentes durante el siglo XVIII. En la actualidad no es una cuestión que preocupe a demasiada gente porque en Vera se apostó por el sector servicios, dadas las dificultades para trasvasar o producir agua para riego.
6. ¿Qué papel desempeñó en el municipio la Escuela de Capataces de Minas y Maestros de Fundición? Gracias a los cuidados estudios de Enrique Fernández Bolea y Andrés Sánchez Picón conocemos en profundidad elementos de la vida económica y social de la provincia, ¿destacarías alguno?
Sin ser un especialista en la cuestión, está claro que, si bien la Escuela fue fundada unos cincuenta años después del inicio de la minería metálica en la comarca, debió de ser una aportación de peso con el fin de formar a unas personas, que, incluso después del declive de la minería a partir de 1920, viajarían a otros lugares de España para aplicar sus conocimientos. La fuente para estudiar aspectos sobre la minería, algunos todavía inéditos, es el fondo judicial que custodiamos. Ya algunas publicaciones se han beneficiado de la existencia de esos documentos.
Me atrevo a decir que, a nivel etnográfico, la minería supuso para esta zona un ir y venir de gentes de todo tipo, que se convertirían en vecinos de estos pueblos (Cuevas, Vera, Mojácar, Pulpí, Águilas…). También la natalidad aumentó muchísimo. La mezcla de costumbres que se observa hizo que comenzase otra etapa en la manera de pensar de los vecinos; tras la invasión napoleónica y la minería se nota que Vera pierde ese cierto aislamiento que notamos en los expedientes del siglo XVIII. Se pierde una cierta autenticidad (verdadera seña de identidad que me esfuerzo en rescatar) que venía de muchos siglos atrás y se gana en mestizaje, de la mezcla con las costumbres de personas de otros lugares.
7. ¿Te gustaría añadir algo más, Manolo? Te doy las gracias por tu paciencia para con la entrevista y, también, por la dedicación con la que realizas tu trabajo.
Sí. Invito a los interesados por la Historia a que visiten nuestro Archivo Municipal de la manera que deseen. Nunca ha sido tan fácil investigar, ni más barato. Sólo hay que esforzarse un poco en saber leer algo de paleografía. Espero que el trabajo de difusión que realizamos en este Archivo se siga reflejando en las publicaciones y estudios sobre Vera y la Comarca que se publican año tras año.
Gracias a ti y mucha suerte en Túnez.
Francisco Fernández Caparrós
Licenciado en Filosofía
Mi enhorabuena a Manuel por su dedicación al archivo. Me gustaría poder visitarlo próximamente.
Saludos,