EN MEMORIA DE FRANCISCO ALONSO MARTÍNEZ

En memoria de Francisco Alonso Martínez.

Este jueves 20 de febrero del año 2025 los trabajadores de este Excmo. Ayuntamiento de Vera conocimos el triste e inesperado fallecimiento de nuestro compañero Francisco Alonso Martínez. Después de sobrellevar una enfermedad crónica no especialmente grave durante una década y que no necesariamente haría que su vida se acortara significativamente, los acontecimientos se precipitaron y, apenas 11 días después de su jubilación definitiva, se alejó de nuestras vidas para siempre. Sus compañeros de trabajo lo recordamos en este espacio rescatando algunos recuerdos sobre él, reconociendo el inevitable sesgo de mi memoria.

Durante toda su existencia su gran empeño fue defender y asegurar los derechos de las personas con discapacidad. Todas las labores que Francisco, Paco, ha realizado desde los años 80 en distintas áreas del Ayuntamiento de Vera no lo alejaron de esa misión vital que se impuso a sí mismo. De esta manera, e igualmente, desde su paso como profesor en el Internado del Instituto Laboral de Vera hasta realizar tareas administrativas en varios de estos departamentos del Ayuntamiento, como fueron la Biblioteca Municipal o el Archivo municipales, siempre se decantó por la defensa del resto de los compañeros de la Casa Consistorial. Así, he sido testigo del cariño que numerosos ex-alumnos del citado Internado, provenientes de toda la comarca, le profesaron, incluso décadas después de haber convivido con él en dicha institución, agradeciéndole las normas de vida que desde allí se les inculcó para ser buenas personas y buenos ciudadanos, junto al profesor Pedro Jesús García Caparrós, también recientemente fallecido y persona excepcional; mi tío, dicho sea de paso. Además, fueron numerosos los compañeros de este Ayuntamiento de Vera los que solicitaron su consejo cuando se desencadenaron conflictos o cuando quisieron informarse sobre sus derechos.

Después de mi llegada a Vera en el año de 2003 para seguir organizando el Archivo Municipal comencé a convivir diariamente con él, hasta el día de hoy. Han sido 22 años agradeciendo su apoyo en los trajines diarios con los documentos creados por el Excmo. Ayuntamiento de Vera y aprendiendo sobre su manera de ver el mundo. Él fue el que, además de las lecciones que me dio durante muchos años durante mis llamadas telefónicas a María Luisa Andrés Uroz, me puso al día sobre las singularidades documentales de la institución durante esos primeros momentos. Entre consejo y consejo, algunos técnicos y otros vitales, existenciales…, me contaba parte de su vida, transcurrida en Vera, comenzando por los motes que acarreaba con humor: “El Rabote”, otras “Paco El Betancor”, “nieto del Ceacero” (cedacero), alias que llevaba con mucho orgullo, etc.

Cuando las circunstancias lo permitían, ante la presencia de otros compañeros que subían al archivo para darse un descanso, como José Manuel Ramírez, Luis Herminio Martínez, Isabel María de Haro, Angelita Aguilera, Juan Miguel Cervantes o Domingo Ortiz Soler, nos narraba algunos episodios de su infancia, habitando en “Las Casas Nuevas” en el seno de una familia humilde, entre las calles Telar o Reducto y Del Aire, habiendo coexistido con personas que vivieron las circunstancias laborales de “la fábrica de calzado de los Giménez” o cómo las condiciones de los trabajadores en el Ayuntamiento habían mejorado mucho desde los años 80 y 90, momentos difíciles socialmente por los cambios por los que tuvo que pasar el pueblo ante los nuevos retos que se le presentaban, echándose sobre las espaldas el deber de defender a cualquier compañero que pidiese su ayuda, actuando junto a los sindicatos de trabajadores y siendo un buen mediador frente a cualquier conflicto. Tenía, además, unos modelos éticos muy claros: reverenciaba a ciertas personas conocidas por él desde su infancia y adolescencia, íntegras y honestas, frente a los depredadores sociales. Buenas personas como aquel catedrático, aquel escritor, poeta, o aquel artesano. Recordaba con mucho respeto a su padre, Melchor, miembro que fue de la Banda de Música de Vera, cuyas enseñanzas siempre sacaba a colación cuando las maledicencias vecinales lo ponían de mal humor o lo hacían dudar de la naturaleza humana: “mi padre decía que la vida hay que hacerla de puertas para adentro de la propia casa”. Y también tenía sus frases lapidarias, verbigracia: “me cago en el día de mi alabanza”.

El buen humor que practicaba era otra de sus facetas destacables; siempre recordaremos la fina ironía que armaba en sus frases cuando alguno de nosotros aparecía por un pasillo, haciendo despertar siempre una sonrisa -cuando me veía comer alguna fruta me llamaba “come-papas”-, o cuando se refería a algún personaje de dudosa moralidad, con trastornos narcisistas de la personalidad y maquiavelismos, más atentos a su poder y fama que a la consecución de una buena convivencia entre los ciudadanos. Y estaba bien preparado para juzgar de esa manera: era un atento lector de obras de psicología, herramienta que le servía tanto para conocer más del mundo de la discapacidad y que fructificó en las numerosas conferencias y charlas que impartió tanto a profesionales como a los propios padres participantes y usuarios de las instituciones que trabajaban para este fin, empezando por ASPRODALBA y siguiendo con el resto de asociaciones de personas con discapacidad de toda España. La finalidad de su ímpetu, por la que luchó muy duramente durante las últimas décadas, fue que las personas con dificultades para comunicarse con los demás se integraran total y naturalmente con el resto de la ciudadanía; los conceptos que siempre tenía presentes: integridad, dignidad y derechos.

Finalmente, y como colofón que debe coronar toda personalidad bienintencionada y abnegada, diremos que sabía reírse de sí mismo y siempre agradecía a la vida que le hubiese dado a su familia, a sus padres, a sus hermanos, a su mujer y a sus hijos.

Hemos aprendido de él, ha cuidado de las personas y eso hará que nuestra vida sea más ligera, hasta que también nos llegue nuestra hora. Gracias Paco.

21/02/2025

Manuel Caparrós Perales

Archivo Municipal de Vera

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