Se muestran fragmentos del artículo de Delfina Serrano Ruano (CSIC) Dos fetuas sobre la expulsión de mozárabes al Magreb en 1126.
Se muestran fragmentos del artículo de Delfina Serrano Ruano (CSIC) Dos fetuas sobre la expulsión de mozárabes al Magreb en 1126.
Las fuentes sobre las condiciones de vida de los cristianos en al-Ándalus son escasas. Sin embargo, en esta entrada se muestran fragmentos de un artículo de Delfina Serrano Ruano (CSIC) en el que se nos informa sobre esta cuestión poco tratada en la investigación histórica medieval, como es: Dos fetuas sobre la expulsión de mozárabes al Magreb en 1126. [Fetua: resolución del muftí (jurisconsulto) en una cuestión jurídica].
Dozy añade:
(…) Si la situación de los andalusíes musulmanes era deplorable en esta época, la de los cristianos era peor todavía. Con ellos los africanos no guardaban ninguna mesura. La tolerancia usada por los cristianos les parecía criminal e impía. Las iglesias parecían a sus ojos el oprobio de la Península, e insistían al monarca sobre la necesidad de destruirlos (…)
Los antecedentes de esta situación:
(…) Y tenían [los cristianos de Granada] fuera de la ciudad, a dos alcances de flecha (galwa: medida de longitud entre 300 y 400 brazos y que se traduce por alcance de una flecha, lanzada con esfuerzo), en dirección a la puerta de Elvira, frente al camino hacia Qulyar (actual Güejar Sierra), una célebre iglesia que había tomado para ellos uno de los caudillos de la gente de su religión y que uno de sus príncipes (los de Granada) había puesto a la cabeza de un ejército de caballeros cristianos (Rum), y se hizo única por la construcción y los ornamentos. El emir Yusuf b. Tasufin ordenó su destrucción, por haberse confirmado el deseo de los alfaquíes y por la intención de la fetua que estos emitieron. Ibn al-Sayrafi dijo: «la gente de la ciudad salió para destruirla el lunes último día de yumada II del año 492/23 de mayo de 1099. Fue demolida por completo y cada uno se llevó lo que [pudo] coger de sus vestigios y de aquyello que servía para el culto. He dicho. Su emplazamiento es conocido [todavía] hoy su muralla, [aún] en pie, anuncia la solidez y la firmeza [que tuvo el templo]. En una parte de él está el famoso cementerio de Ibn Sahl b. Malik, Dios tenga piedad de él. Y cuando los vientos benéficos se agitaron a favor del enemigo de Dios, el tirano Ibn rudmir, en la época del estado almorávide, antes de que Dios quebrara sus armas en Fraga [el año 1134], los cristianos tributarios de esta provincia concibieron la esperanza de vengarse y codiciaron el reino; entonces ses dirigieron a Ibn Rudmir (…)»
(…) A principios de Septiembre de 1125 Alfonso I el Batallador partió de Zaragoza en una expedición contra al-Ándalus cuyo principal objetivo parece ser que era atacar Granada.
Según las crónicas, los cristianos de Granada se pusieron en contacto con Alfonso, incitándole a tomar aquella plaza y tentando al monarca con las riquezas que en ella había, además de asegurarse que no sólo ellos le apoyarían sino también aquellos de sus correligionarios que vivían en otras zonas de al-Áldalus, especialmente los del Levante (…)
(…) el rey Alfonso partió de Zaragoza a primeros de septiembre de 1125 con 4000 caballeros de Aragón y Cataluña, entre ellos Gastón, Vizconde de Bearne, y los Obispos de Zaragoza y Huesca. Pasó por Daroca, Monreal, Teruel y Segorbe, y al acercarse a Valencia saqueó sus campos. Aquí empezaron ya a unírsele un gran número de mozárabes. Después marcharon sobre Alcira y Denia, a la que atacó el 31 de octubre. Continuó por el desfiladero de Játiva hacia Orihuela, Murcia y Lorca; atravesó el río Almanzora cerca de Vera, se dirigió hacia Purchena, Tíjola, Baza -ciudad en la que se le opuso una fuerte resistencia- Zújar y Guadix a la que atacó el 4 de diciembre; el 8 pasó por Sened y el 9 se detuvo en Graena donde permaneció un mes organizando sus tropas engrosadas con los mozárabes que se le habían ido uniendo en su recorrido. Las crónicas dicen, con las exageraciones habituales, que reunió unos 50.000 hombres. Desde allí se dirigió a Granada, donde llegó el 8 de enero de 1126; cercó la ciudad, pero no consiguió tomarla, pues los almorávides se encontraban ya sobre aviso y habían acudido a ella para defenderla. El 22 de enero de 1126 levantó el sitio y se dirigió hacia el sur tras haber amonestado a los mozárabes, cuyo jefe era un tal Ibn al-Qallas, por haberle hecho creer que tomar Granada sería una empresa fácil (…)
Eduardo Montagut Contreras añade en otro artículo:
En tiempos del emir Al–Hakam I se dio el conocido como motín del arrabal de Córdoba en el 814, pero fue protagonizado realmente por muladíes, es decir, por cristianos que se habían convertido al Islam. Y lo hicieron por la presión fiscal, pero también por la discriminación que sufrían en relación con los musulmanes no conversos.
09-05-2019