Muchas veces, circunstancias imprevistas, nos conducen, por la naturaleza de los hechos, a investigar sobre cosas que ignoramos o que nunca sabríamos si no fuese porque nos “pica la curiosidad” o su interés por conocerlas.

Digo esto porque, en un día espléndido de verano, – corría el año 2004- tomando café con mi amigo Pepe Robles en el prestigioso restaurante “Terraza Carmona” de mi Vera querida, de forma sorpresiva, nos abordó un desconocido con inusitado interés por saber si essaysdigital.com éramos oriundos de la ciudad donde él se encontraba pasando unos días de descanso. Le dijimos que sí y se presentó como Lluis Costa i Fernández, residente en Begur (Gerona). Nos explicó que su venida a Vera venía motivada por su ferviente deseo de conocer la ciudad y sus gentes, así como indagar sobre la relación existente entre ambas poblaciones, tras manifestarnos que en su lugar de residencia existe una calle con el nombre “Carrer de Vera”, desconociendo su razón de ser.

Pues bien, interesado por el caso supe que Begur es un municipio turístico español – Costa Brava- de unos 5.000 habitantes ubicado en la provincia de Gerona, superando los 60.000 en temporada de verano y situado en la comarca catalana del Bajo Ampurdán. Mantiene un relevante pasado histórico que, por los importantes restos encontrados, confirman la antigüedad de su núcleo como asentamiento humano. La localidad ofrece al visitante intrincadas callejuelas empedradas, animados comercios gastronómicos y, como colofón, los restos de un viejo castillo medieval que coronan la colina en la que se asienta la villa.

Así las cosas, me carteé con D. Lluis y le mandé copia del informe que obra en el Archivo Municipal de Vera sobre el caso en cuestión. En la portada de ese Expediente del siglo XVIII, concretamente de 28 de mayo de 1729, que lo conforman 17 páginas con escritura de letra humanística con trazado de la época, figura una denuncia de oficio de la Real Justicia contra el patrón D. Pedro Rigau y otros seis patrones “por haberse introducido a comercio sin testimonio de sanidad ni venia de los señores comisarios “. Ensimismado en la lectura del prolijo e interesante expediente, de él se colige lo transcrito: ” que los patrones de siete barcos que decían ser catalanes en playas jurisdiccionales de Vera se dedicaban a la pesquería del coral sin que sus patrones hubiesen pedido licencia como era su obligación ni haber manifestado a la Diputación de Sanidad los testimonios de la parte desde adonde transitaban para su conocimiento de conformidad con lo prevenido en las órdenes habiendo saltado a estas precisas circunstancias se ejecutasen por su merced justificación de lo referido para en su vista dar las providencias convenientes para lo cual mando que por el Ministro ordinario de estas playas comparezcan los patrones de dichos barcos, se les reciba sus declaraciones por estos particulares para en su visita dar la providencia que convenga. Fdo.: el licenciado D. Pedro Troyano Pardo”. Desde estas líneas mi sincero agradecimiento al responsable del Archivo Municipal, D. Manuel Caparrós Perales, por su diligente labor tras la información requerida, así como la facilitación de documentos solicitados.

Lo curioso del caso es que tras la minuciosa lectura del expediente no hallé la sentencia dictada a los patrones que perpetraron tan valioso expolio. Creo suponer que, por la importancia del juicio, corriese éste en otra jurisdicción a cargo de una instancia superior: el Corregidor y, no, al Alcalde Mayor de Vera, que hasta 1830 era Juez y Alcalde.
La búsqueda de coral, este bien preciado que los begurenses encontraron en nuestras playas, era una actividad económica comercializada para ser usada en artesanía, material de construcción, ornamentos marinos, etc. y sus buscadores eran emigrantes que tras su regreso a Begur reprodujeron en una calle dedicada a Vera las construcciones de casas humildes, sencillas, pulcramente encaladas y con fachadas que respiran los aires del sur, nostalgia de Andalucía y que, seguramente, habitaron durante su aventura almeriense.
Doce años después de mi carteo con D. Lluis, gracias a la información que me da mi amiga María Martínez Castro, sé que un veratense afincado en Cataluña, D. Juan Pedro Martínez Pérez, enterado por las redes sociales de la relación de Vera con la población de Begur, se desplazó a ésta para conocer algo más de su historia. La foto que aparece ilustrando el artículo, así como los rótulos explicativos junto a la calle de Vera que aparecen en la instantánea nos dan una idea de la nostalgia que siente este paisano nuestro por su pueblo.
Acabo esto como empecé para decir que, alguna que otra vez, nos enteramos de cosas, sucesos o hechos que nunca conoceríamos a no ser que, fruto de la casualidad, como a mí me pasó, el destino me hubiese deparado un fortuito encuentro.

Autor: Diego Morales Carmona