Se muestra el descubrimiento del término «cuajadera» en un documento del Archivo Municipal de Vera. Año 1785.
Son muchas las sorpresas que nos depara la lectura de los documentos antiguos de los Archivos Municipales, lugares que albergan buena parte del patrimonio histórico documental español. Lo escrito en ellos nos ayuda a conocer mejor el pasado y a valorar el presente. Ese conocimiento ayuda a dignificar la vida local y a colocar a los Municipios en un puesto destacable a la hora de hacer historia.
Hoy vamos a señalar la existencia de utensilios que todavía se utilizan en la vida doméstica. El término «cuajadera» en Vera y en el sureste español denota todo un campo semántico de olores y sabores relacionados con lo culinario y que no tiene relación directa con la definición de los diccionarios en vigor (Mujer que vendía cuajada por las calles antiguamente –María Moliner-).
En Vera y en la Comarca a la que pertenece utilizamos el término para referirnos a la comida que se elabora en un horno, contenida ésta en un perol de barro o vasija metálica similar. El fin de este proceso es disfrutar de asados de pescado, de carne, etc.
Mi sorpresa fue grande al encontrar este término en un expediente judicial custodiado en el Archivo Municipal de Vera. La descripción del expediente es la siguiente:
1785, junio, 14. Vera
Cuenta y partición de bienes de doña Teresa de Torres, mujer legítima de don Gregorio Ruiz, que en primeras nupcias lo fue de don Eusebio de Soto.
En dicha cuenta y partición de bienes (bien número 32, folio 7 vº) leemos que los herederos de doña Teresa heredarán, entre otros muchos, “una quajadera [guajadera] usada que vale tres reales de vellón y diez y siete maravedís”.
Se trata de un modesto, pero curioso dato que podrá servir para informar sobre algunos aspectos de la gastronomía veratense. Así, el término acabó señalando, tal como lo hacemos hoy, no al recipiente, sino al contenido de él. ¡Que aproveche!
Vera, 14 de enero de 2016
Manuel Caparrós Perales
Archivero del Excmo. Ayuntamiento de Vera
Puede que ahora nos parezca un dato modesto, pero en su día, tuvo la importancia que marcaban los tiempos; por ello se recoge como un objeto a heredar, que en aquella época, supongo que de penuria, sería importante tener.
Sí que es curioso el dato y tiene su interés, que el término, con la acepción que aquí lo utilizamos, tenga ya, al menos, bastante más de dos siglos.
Gracias por tus aportaciones.
Muchas gracias, Gabriel. Entre todos seguiremos arrojando más luz a la Historia de la Tierra de Vera