1569. ABÉN HUMEYA. SOCORRO A LORCA. NO FUERON TRES, SINO DOS. MARTÍN GÓMEZ GARRIDO Y FRANCISCO SOLER CAMPOY

La gente de a pie, ocupada en sus quehaceres y en sacar a sus familias adelante, la mayoría de las veces no tiene los medios, el tiempo libre, ni la información necesaria para contrastar los datos históricos y comprender mejor la Historia de su pueblo. Una de nuestras labores es aclarar a los interesados estos datos, de entre los que encontramos que fueron tres los mensajeros veratenses que avisaron a Lorca del cerco de Vera por Abén Humeya y así recibir ayuda. Veamos.

La Pragmática Sanción de 1567, limitación de los derechos de los moriscos (moros bautizados de los que quedaron en España después de terminada la Reconquista), desencadenó en la navidad de 1568 su rebelión en Granada, al mando de Hernando de Válor (Abén Humeya -Omeya-). A partir de marzo de 1569 deciden continuar, concibiendo como fundamental el control de un punto litoral, fijando su atención en Vera (puerto de arribe de supuestas naves de Argel o Fez), ajena la Ciudad a esa intención y perdiendo un tiempo precioso para reforzar su débil muralla. Así las cosas los moriscos la acorralaron jugando al despiste al centrar sus ataques en puntos cercanos del Valle del Almanzora. En septiembre veratenses y lorquinos rechazan a los monfíes (nombre dado a los moros o moriscos que formaban cuadrillas de bandoleros en Andalucía después de la Reconquista) en Zurgena y Guazamara, volviendo a poner a punto el sistema de atalayas.

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A las ocho de la mañana del 25 de septiembre de 1569, Abén Humeya estaba frente a Vera, ya considerándola suya, haciendo una gran salva de arcabucería desde el cerro de la Vera Vieja. El alcalde mayor de Vera respondió con escaramuzas. Los moriscos colocaron dos piezas de artillería en el arrabal de la ciudad…

A partir de aquí leamos las versiones de los hechos que nos interesan:

1. ARCHIVO MUNICIPAL DE LORCA

En el Informe del Cerco a Vera (Archivo Municipal de Lorca, realizado ante el licenciado Marrón de Alarcón, Alcalde Mayor de Vera, por el escribano Juan de la Cadena, por testimonio de Francisco González, natural y vecino de Vera, y de Pedro de Ayora, jurado de Vera) se lee que la solicitud de ayuda a Lorca se realizó a las diez de la mañana por medio de un correo especial compuesto por dos escuderos, Martín Gómez y Francisco Soler, vecinos de Vera, para que diesen aviso a Lorca y solicitar ayuda. A las doce del medio día el sistema de atalayas facilitaron que Lorca ya supiese la acción de Humeya. Poco después llegarían los dos valientes, habiendo recorrido nueve leguas. A las tres de la tarde se fijó el alarde en Lorca (revista de soldados y armas). El día 26 al alba llegaron a Vera 1000 hombres de a pie y 100 a caballo. Abén Humeya ya había levantado el cerco a Vera, huyendo hacia Cuevas e intentando cercar su castillo. Estos datos fueron investigados por Valeriano Sánchez Ramos.

Aprovechando las bases de datos de este Archivo Municipal que llevamos construyendo desde 2003, e investigando sobre estos personajes (Martín Gómez y Francisco Soler), encontramos:

2 1 4 Padrones de Habitantes de Vera

AÑO

FOLIO Nº REG

CALLE

Nº FAMILIA/CASA

NOMBRE PILA

1º APELLIDO

2º APELLIDO / ALIAS

EDAD

PROFESIÓN

NOTAS SIGNOS

CIVIL / MILITAR

1494

MARTÍN

GÓMEZ

PEONES

1588

04

PADRÓN DE BULAS

MARTÍN

GÓMEZ

JURADO

OTRA PARA MARÍA DÍAZ, MUJER, JUAN GÓMEZ DIFUNTO, CATALINA, DIFUNTA MADRE

2 1 4 Sepelios parroquia desde 1571

AÑO

Nº REGISTRO

NOMBRE FALLECIDO

1 APELLIDO FALLECIDO

2 APELLIDO FALLECIDO

CALLE

NOTAS

NOMBRE CÓNYUGE

1593

MARTÍN

GÓMEZ

JURADO

2 1 4 Padrones de Habitantes de Vera

AÑO

FOLIO Nº REG

CALLE

Nº FAMILIA/CASA

NOMBRE PILA

1º APELLIDO

2º APELLIDO / ALIAS

EDAD

PROFESIÓN

NOTAS SIGNOS

1494

FRANCISCO

SOLER HIJO DE

PEONES

1494

FRANCISCO

SOLER PADRE

PEONES

1506

1

50

FRANCISCO

SOLER

36

1516

REPARTIMIENTO HATICO 1516-1517

FRANCISCO

SOLER

TUVO REPARTIMIENTO EN 1496

1587

07

258

VIUDA DE FRANCISCO SOLER

SOLER

1587

03

110

FRANCISCO

SOLER

BLÁZQUEZ

JUNTOS

1588

03

PADRÓN DE BULAS

FRANCISCO

SOLER

REGIDOR

OTRA PARA ALONSO SOLER, MARÍA MARIANASÁNCHEZ? SU MUJER

2 1 4 Sepelios parroquia desde 1571

AÑO

Nº REGISTRO

NOMBRE FALLECIDO

1 APELLIDO FALLECIDO

2 APELLIDO FALLECIDO

CALLE

NOTAS

1579

FRANCISCO

SOLER

28-01-1579

2. PÉREZ DE HITA (1544-1619). LAS GUERRAS CIVILES DE GRANADA (parte II, cap. XIII).

Una fuente documental diferente sobre los mismos hechos es el libro de Pérez de Hita, Las Guerras Civiles de Granada. Copio el fragmento completo (pág. 626):

ginés pérez de hita

(…) Luego que llegó el moro, lo primero que hizo fue destruir la poca gente de guerra que tenía la ciudad, y con quince mil hombres que llevaba ponerla un poderoso sitio, desde un punto tan cercano a las murallas, que las balas de la arcabucería alcanzaban de la una a la otra parte del pueblo. Puestos los de Vera encima de la muralla, tiraban arcabuzazos a sus enemigos y les hacían mucho daño; por lo cual los moros derribaron varias casas del arrabal, y abrieron en las paredes maestras muchas troneras, desde donde tiraban a su salvo a los de la muralla.

vera nueva

Dentro de la ciudad andaba un ruido espantoso entre mujeres, niños, soldados y ciudadanos, andando revueltos todos unos con otros: los hombres acudían adonde más combatida se veía la ciudad, recelando que el enemigo trajera escalas para tomar los muros; y con efecto si las llevaran los moros, hubiera sido por ellos ganada Vera sin duda alguna; las mujeres trabajando varonilmente con las faldas alzadas, unas hacían balas para que las tirasen sus maridos, y otras asaban carne y guisaban ollas para los defensores de la plaza. Todo era común en la ciudad, y todos comían de lo que había, sin apartarse un punto de la muralla por el temor de que el enemigo la escalase. Hacían de noche grandes hogueras en la plaza y por todas las calles, de manera que estaba la ciudad tan clara como si fuera de día. Tenían como de reserva unos sesenta soldados de a cabalo, y algunos decían que saliesen fuera de la ciudad a escaramucear con los enemigos, pensando otros que esto no era bien acordado, porque los moros eran muchos, y ellos luego serían muertos a escopetazos. Sonaban las cajas de guerra de los moros, y correspondían las trompetas de la caballería cristiana, de modo que dentro de la ciudad andaba un alboroto muy grande: así estuvo Vera cerca de dos días. Los moros llevaban una pieza de batir, y dispararon con ella un tiro al cubo de una torre, al cual hizo notable daño; esto sucedió el día primero del cerco; pero quiso Dios que aquel tiro fue el primero y el postrero, porque reventó la pieza por la demasiada carga que la echaron; pues a no suceder así, fuera entrada y saqueada la ciudad a pocos tiros que tiraran.

En la segunda noche de verse los de Vera en tanta estrechez, acordaron enviar a pedir a Lorca socorro con toda diligencia, y así apenas rompió el alba, abrieron con el disimulo mayor que se pudo una de las puertas de la ciudad, y por allí enviaron a dicho fin tres escuderos sobre buenos caballos. Apenas salieron fuera cuando picaron de espuela y echaron a volar con la rapidez del rayo. Luego que los moros los vieron les tiraron muchos escopetazos, y quiso Dios que no les acertara ningún tiro. El que de los tres llevaba mejor caballo llegó a Lorca a las once del día, habiendo andado once leguas en seis horas; otro llegó a las doce, y ya a este tiempo estaba junta en cabildo la ciudad de Lorca, deliberando sobre lo que se haría, porque estando Vera en la jurisdicción de Granada, no había obligación precisa de socorrerla. Sin embargo se acordó que fuese Vera socorrida, y así tocando luego la campana a rebato, se juntó en la plaza mucha gente de guerra, a la cual se dieron arcabuces de los que casualmente tenía la ciudad en su sala de ayuntamiento, que habían venido de Cartagena para Huércal, y cuyo factor o comisionado era Luis de Salazar, escribano de Lorca. En seguida proveyeron de plomo y cuerdas a todos los de la jornada, con tanta prontitud, que a la una de la tarde ya estaba lista para partir toda la gente de socorro. Se nombraron capitanes de caballería a Diego Mateo, el viejo, llamado Guevara, que había venido del campo del marqués, y de infantería a Adrián Leonés Alburquerque, hombre de mucho valor. Juntáronse en la plaza de Lorca ochocientos soldados de a pie, todos jóvenes y buenos tiradores, y unos ochenta de a caballo, compuestos de hijos-dalgo y de las familias más distinguidas. Serían las dos de la tarde cuando la gente brillante de Lorca salía ya por la puerta de Nogalte, y tomaba la vuelta de Vera, sin que jamás se hubiese visto antes reunido un socorro con tanta presteza. Caballeros y peones salieron a rebato y volaron como aves, de manera que al anochecer llegó a la fuente de Pulpí toda la gente, y tomando un corto refresco, pasó de allí adelante sin parar un solo punto, y al romper del alba se halló ya al pie de las murallas de Vera gritando: Santiago, Santiago, aquí está Lorca, que viene de socorro.

El reyecillo malo, luego que vio salir de Vera a los caballeros para pedir socorro a Lorca, perdió la esperanza del buen éxito de su empresa, aunque toda aquella noche combatió la ciudad vigorosamente pensando todavía tomarla. Para saber cuándo llegaría el socorro, despachó espías y puso atalayas en los puntos más elevados de la sierra; éstas, luego que descubrieron la gente de Lorca que acudía al socorro de Vera, haciendo humadas (…)

 portada historia guerras civiles granada

Como podemos observar, Pérez de Hita no sabía los nombres de los tres escuderos que salieron hacia Lorca.

Las otras dos fuentes secundarias, la Crónica de la guerra de Granada, de probable autor Hurtado de Mendoza, y la Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada, de Mármol Carvajal, no dan demasiadas noticias sobre Vera.

      1. DON EUSEBIO GARRES SEGURA Y DON JUAN CUADRADO

Dos referencias posteriores son las de estos dos escritores veratenses. Don Eusebio Garres Segura, con gran mérito, dadas las dificultades que en aquellos tiempos se encontraban para investigar sobre la Historia de Vera, publicó en 1908 el libro por todos conocido: Historia de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Vera. Sirva este artículo como homenaje a él por haber sido el primero en atreverse a divulgar la Historia de Vera entre los vecinos. Es mi humilde opinión: debemos admirar a los hombres que aplican sus ideas, y no tanto a los que las dejan pasear en su mente buscando las faltas de los que han tenido el valor de ejecutarlas.

cubierta libro garres segura

En él leemos lo siguiente sobre esta cuestión:

(…) Luego que Abén Humeya llegó con sus 15.000 hombres le puso cerco desde punto tan próximo a las murallas que las balas de los arcabuces alcanzaban de una a otra parte del pueblo.

Los de la plaza, en la muralla, arcabuceaban al enemigo, ocasionándole grandes daños; por esto los moros abrieron troneras en las casas que existían en el arrabal, desde donde hacían fuego a la población, al abrigo del que ésta les hiciera.

Las mujeres, trabajando varonilmente con las faldas recogidas, unas hacían balas, otras asaban carnes y guisaban para los valientes defensores que se no se apartaban un instante de la muralla por temos a un escalamiento.

Con grandes hogueras iluminaban de noche la plaza y calles de la Ciudad pareciendo de día. Así estuvieron cuarenta y ocho horas.

Los moros que llevaban una pieza de batir la enclavaron en un pequeño montíclo cerca de la Puerta de Arriba (sin duda alguna en lo que hoy llamamos Cabecico), y desde allí dispararon sobre la población, clavándose el proyectil en uno de los cubos que flanqueaban la puerta.

Mucho daño ocasionó, y gracias a haber reventado la pieza en el primer disparo por la demasiada carga de pólvora, esta memorable jornada no fue funesta a nuestros hermanos.

En la segunda noche del sitio, viéndose los de Vera con tanta estrechez, empezaron a temer por su suerte. Era a la sazón teniente de Alcalde Mayor el Licenciado Juan Soler que, suponiendo ya difícil la resistencia por lo exiguo de la guarnición y el poder del enemigo, acordó con el Cabildo y Concejo de la Ciudad pedir socorro a Lorca, mandando para ello tres emisarios que se aventurasen a atravesar el campo de los sitiadores, salvando así la eventualidad de que uno o dos cayesen en manos de los enemigos.

¡Qué hermoso ejemplo de patriotismo dieron aquellos tres heroicos escuderos que se disputaron tal gloria, exponiéndose a una muerte cierta por salvar su pueblo! Los hombres de tan valientes patricios vivirán eternamente en los anales de la Historia de Vera: ¡Adrián Leonés, Mateo Núñez y Diego Céspedes! Las generaciones posteriores al bendecir vuestros nombres, admiran tanta abnegación y valor.

Salidos al amanecer por una misma puerta y al mismo tiempo, según Pérez de Hita, y según otros a una misma hora pero por distintos sitios, pudieron romper las líneas enemigas, librándose del nutrido fuego que les hicieron los moros.

Quien primeramente llegó a Lorca fue Leonés, a las once de la mañana, habiendo recorrido las once leguas aproximadamente que separan ambas poblaciones en seis horas; el segundo llegó a las 12 y un poco después el tercero.

El Cabildo de Lorca deliberó sobre lo que se haría, porque siendo Vera de la jurisdicción de Granada no había obligación precisa de socorrerla; pero sin embargo acordaron volar en su auxilio y a la una de la tarde de aquel mismo día estaban listas para partir las fuerzas de socorro, nombrando capitanes, de caballería, a Diego de Guevara, y de infantería, a Adrián Leonés Alburquerque, hombres de gran valor, el mismo que de Vera salió en busca de auxilio (…)

Haciendo uso de nuestra base de datos, encontramos a un Mateo Núñez en el año 1639 (censo de milicias descubierto, rescatado, digitalizado y automatizado en el año 2007, aprox.). No tenemos más datos de él, ni tampoco del supuesto Diego Céspedes.

2 1 4 Padrones de Habitantes de Vera

AÑO

FOLIO Nº REG

CALLE

Nº FAMILIA/CASA

NOMBRE PILA

1º APELLIDO

2º APELLIDO / ALIAS

EDAD

PROFESIÓN

NOTAS SIGNOS

CIVIL / MILITAR

1639

MATEO MATEO?

NÚÑEZ

GENTE DE GUERRA IMPEDIDA

Don Juan Cuadrado da por buena la versión de don Eusebio en La defensa de Vera contra Aben Humeya, cuando la sublevación morisca de la Alpujarra (1977).

detalle defensa de vera

portada juan cuadrado guardas reduc sepia

Observamos claramente cómo, en un momento de la redacción de don Eusebio, basándose en el texto de Pérez de Hita, adjudica a los referidos tres escuderos (sin apelativo en el viejo libro) tres nombres de los que dos de ellos parecen inventados, Mateo Núñez y Diego Céspedes, creados, a manera de anagrama, me aventuro a plantear, a partir del personaje real de Pérez de Hita ‘Diego Mateo‘, ‘el viejo’, llamado ‘Guevara’, nombrado capitán de caballería en Lorca con el fin de ir a Vera. El de sobra conocido Adrián Leonés Alburquerque fue un personaje real, pero es poco probable que saliese de Vera como correo y volviese de nuevo como capitán de guerra desde Lorca.

CONCLUSIÓN:

Me atrevo a concluir diciendo, tras los datos expuestos, que, a menos que don Eusebio Garres Segura consultase una obra o documento del que desconocemos actualmente su existencia, desde que su escrito se editó, se ha difundido el error de que fueron Adrián Leonés, Mateo Núñez y Diego Céspedes los mensajeros que acudieron avisar a los lorquinos pidiendo ayuda, al margen de que, a falta de conocer esos nombres, el escritor pretendiera dar nombre a esos tres personajes desconocidos a fin de homenajearlos de alguna manera. Intención loable, en todo caso. Así, tal como indican los documentos originales del Archivo Municipal de Lorca, los héroes que salieron de Vera hacia Lorca fueron Martín Gómez y Francisco Soler.

Quedarían en el aire las atractivas dudas de por qué Pérez de Hita afirmó que fueron tres los valientes jinetes y quién era ese Mateo Núñez que aparece en el censo de milicias de 1639.

Manuel Caparrós Perales

Archivero Municipal de Vera

04-04-14